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Black hairs

(๑˙-Part 5-˙๑)

Gustabo despertó, sábado. Tranquilo, hasta parecía domingo, hoy no tenía planes, no hay aún tarea que corregir, recibe algunos mensajes de sus alumnos pidiendo explicaciones sobre la tarea que les dió, pero nada más, cosas fáciles qué responder.

Se levanta y hace sus necesidades, podría ir al mecánico ahora que lo piensa, porque, le dijeron que su auto necesita un mantenimiento, aunque, esos mecánicos lo miran como a una presa, joder, ¿Y quién no? Si es demasiado sexy, hasta él lo sabe, pero, hay uno en particular que no lo hace, y no le molesta, porque, a Gustabo igual no le importa que lo miren, él es libre, no juzga, vive su vida, y qué vida tiene, de puta madre todo. Comienza a bañarse, dejando caer el agua tibia en su blanquecina piel, pensando en lo ocurrido de ayer, no es de broma, puede estar en serios problemas gracias al audio, pero, la "proposición" de Jack Conway, no suena tan mal... Eso sí, le duele un poco que todo comience así, pero, tiene planes, no es estúpido, algo si, pero tampoco se quedará atrás.

Sale de la ducha, para empezar a secarse, suspirando por todo esto, luego, comienza a vestirse, tiene que ir casual, no es día de trabajo, entonces, se pone unos jeans negros, algo ajustados, unos zapatos negros, una camisa blanca encima para luego ponerse un suéter rojo, le gusta mucho el rojo... Se mira al espejo, está listo, y sale de su departamento rumbo al mecánico.

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No pasó mucho para que le atiendan de forma amable, ser como Gustavo trae sus ventajas, no alardea tanto, la verdad, no lo intenta, actúa humilde, siempre humilde a pesar de tener una vestimenta que pocos tienen y un auto lujoso, pero, la forma de actuar es lo que cuenta, si actúas con sinceridad y cortesía, a todos les caes bien, y esos que no quieren saber nada, son los que tiene envidia.

-- Pero miren quién está aquí -- esa voz, la reconoce, un tono mayor y suave, nasal, es de...

-- ¡Armando! -- se da la vuelta el rubio para ir y abrazar a su amigo y colega de otra escuela, la cual es la competencia, solo que a Gustabo nunca le importó mucho sobre eso, Armando, profesor de química, con su traje negro completo, chaqueta negra, pantalones, zapatos, joder que le queda extremadamente bien con esa barba creciente. Gustabo y él tienen mucha "química", hubieron... Roces, pero más bien es el libido el que predomina en esta amistad, aunque ninguno había dado el salto de fe, entonces quedan en amigos.

-- ¿Cómo estás, lindura? -- pregunta coqueto, ya tiene cierta confianza con el rubio, igualmente él le habla de esta manera. Ganándose miradas envidiosas Armando prosigue con la plática amena.
Gustabo sonríe algo nervioso, no quiere y a la vez si, contarle sobre lo que pasó con Jack Conway, su archienemigo, justo esa persona tenía que ser, maravilloso Gustabo! Pero rápido cambia esa mala cara para volver a su armoniosa aura de buena vibra.
No crean que esto pasa por alto del profesor de química.

-- Bien, bien, ah... Las clases recién empiezan cierto, ¿Qué tal vas? -- el más alto ríe, recordando a sus alumnos, uno que, está calvo, sin ofender, y de tez oscura siempre intenta algo con el profesor de Lenguaje Chino, Yun Kalahari, y sí, ellos dan Chino mandarín, algo "único" en su escuela, mientras que en la de Gustabo, dan ruso, y ya sabrán quién lo enseña.

-- Quitando de lado lo promiscuos que son, todo bien -- los dos hombres sonríen, mientras que esperan por sus autos, Gustabo se alla un poco nervioso por alguna razón, queriendo abrazarlo todo el tiempo, y cabe destacar que sus manos no se separaron, quedando en un leve agarre de dedos, puede ser que el rubio necesite algo de atención luego de lo ocurrido, es impaciente, y tiene miedo de lo que pueda pasar en estos próximos días. Ellos dos se desean claro está... Pero, hay otros en su corazón.