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Aria

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Aria.

Al llegar a la recepción cancelé mi cuenta y me fui de ahí hasta mi auto.

Malcom me seguía callado con las maletas detrás de mí sin formular palabra alguna, era mejor así. Después de que me las subió al maletero le agradecí y me fui. No me gusta nada el cómo se me están dando las cosas, el saber que un chucho estaba en este hotel, me tomó desprevenida, pero tendría que haberme dado cuenta.

Me siento una estúpida por eso.

Una camioneta color negra venía de frente por el otro carril, mientras yo estaba detenida en un semáforo, me quedé embobada mirando al hombre que lo manejaba. Era realmente guapo, para qué mentir, cuando nuestras miradas se encontraron sentí que me quedaba sin aire, su mirada traspasó todo mi ser, sintiendo que se me eriza cada vello de la nuca. En mi vida me había pasado tal cosa, trague saliva al ver como el auto avanzaba lento y él hombre manejaba sin quitar su mirada de la mía, me atraía como un imán.

Un sonido de bocina me hizo regresar a la realidad, miré hacia el frente y me di cuenta que el semáforo ya estaba en verde. Que tonta.

Avance lentamente hasta que el auto frente a mí aceleró, dobló la esquina y me alejé de ahí a máxima velocidad.

¿Quién sería ese hombre? ¿Por qué me quedo mirando así?

Llegue a una plaza y estacione el auto frente a lo que parecía ser un café-bar. Tome mi maleta pequeña y baje con ella cerrando con seguro el auto. Mire a ambos lados de la calle y pase hacia el café, empuje la puerta y al hacerlo el olor a café, vainilla y otras esencias me resultaron sumamente placentero, había poca gente ya que era pasado el mediodía, tenía bastante hambre, vi una mesa vacía y camine hasta ella. Deje sobre la mesa mi pequeña maleta, donde tenía mi laptop, mi celular y otras cosas que necesitaría para ver si mi plan a ultimo minuto había funcionado.

Saqué todo lo que había dentro y me coloque los auriculares en los oídos mientras dejaba que se encendiera la laptop. Una chica se acercó a mí y me sonrió falsamente, tal vez estaba cansada.

— Hola. Bienvenida ¿Qué desea ordenar? — preguntó ella sin prestar mucha atención. Rodee los ojos al ver como mascaba chicle como si fuera una loca.

— Hola. Primero, por favor tira ese chicle, pareces una vaca mascando pasto — la chica frente a mí al fin me miró a los ojos y vi cómo se ruborizo completamente. Mire la carta que había estado en la mesa junto a mi laptop, me importaba una mierda lo que hiciera, sin embargo que lo haga de esa manera era molesto — y segundo quiero un expreso y una rebanada de pastel de frambuesa — dije levantando mi mirada. Ella aún completamente roja anoto todo rápidamente y se fue de ahí.

¡Uy! La avergoncé.

Me concentré en conectar mi laptop con el wifi que había libre en este lugar y me conecte a las dos mini cámaras que deje instaladas en la habitación del hotel. Sí, algo me decía que Jackson me estaba mintiendo, y me quedó más que claro al ver lo que aparecía en la pantalla.

~ Aria La Cazadora ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora