Un flechazo por mi Jefe | ✓

Capítulo 27: Última noche

#Noche_de_chicas

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Abrí los ojos al recibir los rayos de luz que entraban por la ventana, me senté en la cama y estiré mis brazos aún somnolienta. Desperté completamente al sentir unas punzadas en la cabeza, parecía que en cualquier momento podría estallar.

«Maldita sea»

Nunca había experimento una resaca tan terrible como ésta aunque tampoco era que hubiera bebido tanto como la noche anterior.

Maldito vino tinto.

—¿Gabrielle...?— escuche mi nombre en los labios de Nick.

Trate de responder pero al alzar la vista el sol provocó más punzadas en mi cabeza.

—Mi cabeza... Va a explotar...— susurre con la voz ronca.

Nick se acercó a mí con una pastilla y un vaso de agua, le agradecí en silencio. Después de que la pastilla hiciera efecto me sentí más reconfortada.

Lo último que recordaba era las copas de vino tinto, unos incontrolables celos y una conversación con Nick. Los recuerdos de la noche anterior estaban confusos y tratar de recordar más cosas hacía que me doliera la cabeza de nuevo.

Nick se sentó en la cama y colocó una mano en mi mejilla —¿Estás mejor?— asentí embobada.

El calor de su mano en mi mejilla hacía que pequeños escalofríos me recorrieran de pies a cabeza, tuve que reprimir el impulso de cerrar los ojos y soltar un suspiro de doncella enamorada.

—¿Qué paso ayer?— fue lo primero que salió de mi boca, y lo que más me preocupaba en esos instantes, una mujer borracha podía llegar a cometer muchas locuras y más si se trataba de mí.

Nick frunció el ceño —¿No lo recuerdas?— por el tono de su voz parecía dolido, y cuando apartó la mano de mi mejilla y la dejo caer me lo confirmó.

—¿Debería?

«Idiota»

Claro que debería. Por la tensión en el ambiente y las palabras de Nick parecía que era importante que lo recordara, pero no podía, no ahora. Tal vez después haría el intento por recordar, algo me decía que debería de hacerlo.

—No, probablemente no.— se encogió de hombros con una sonrisa reluciente, que incluso casi me hizo pensar de él dolor de su mirada hace unos instantes fue producto de mi imaginación, casi porque había visto su reacción.

¿Había hecho algo malo? Claro, aparte de emborracharme en su gala benéfica.

Sonreí apenada —Lo lamento, se supone que la gala era importante y lo arruine embriagándome.

—No pasa nada, Elle.

Sabía que lo decía para tranquilizarme pero sus palabras eran en vano, solo hacía que mi preocupación aumentara al igual que mis intentos por recordar que había pasado la noche anterior.

Nota mental: no volver a beber como loca.

—¿No hice nada malo?

Tenía que preguntarlo, no podría pasarme todo el día con la duda atormentándome mientras esperaba que los recuerdos llegarán, necesitaba saberlo cuanto antes para saber qué tan avergonzada debería de sentirme.

Sonrió abiertamente —Nada, yo me encargué de que eso no pasara.— se levantó y me revolvió el cabello como si fuera una niña a la que su hermano la estaba consolando, varias veces había hecho ese gesto Luke conmigo cuando era pequeña. Lo que antes me parecía tierno ahora me revolvió el estómago.