Capítulo 17: Normalidad

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Hoy había sido un día tranquilo en el trabajo, Colin no se había aparecido en todo el día y Nick al fin me había hablado, había estado algo tenso al principio pero ya después se relajó. Todo había vuelto a la normalidad.

Sentí como mi celular vibraba en mi bolsillo, lo saqué y al ver que era Abby contesté enseguida —¡Hola!

—Hola cuñada, ¿estás libre?— sonreí al escuchar el tono energético de su voz.

—Sabes que si, y aunque no lo estuviera te haría un hueco en mi tiempo, ¿qué pasa?

—Luke y yo queríamos invitarte a comer.

Una invitación para comer no era lo que me esperaba pero era bienvenida, no pensaba rechazarla porque Abby me lo había pedido y realmente no tenía nada que hacer.

—¿Luke? ¿Invitarme a comer a mi? ¿A su hermana favorita?

—Bueno, más yo que él, pero somos ambos.

Seria una buena idea ir, ya tenía tiempo que no los veía y no tenía no idea de cómo iban los preparativos de la boda de mi pareja favorita.

Me reí —De acuerdo.

***

Entre a la pizzería que tenía delante de mi, estaba demasiado llena, busqué con la mirada a Abby hasta que la encontré en una mesa cerca de la ventana, tenía la mano levantada y estaba sonriendo.


Cuando llegue hasta la mesa ella se levantó y me abrazo —¡Cuñada!

—Hola Abby.

—Estoy tan feliz de que aceptaras, te tengo una sorpresa, se que te gustará.

Fruncí el ceño curiosa —¿Sorpresa?

—Si.

—¿Qué es?

Hizo una seña de no decir nada y sonrió, me crucé de brazos tratando de encontrar algo en su rostro que me diera una idea de que se podía tratar.

—Vamos Abby, ¿qué es?

—No te pienso decir nada.

Insistí e insistí hasta que me di por vencida, Abby era una persona difícil de sobornar para decir algo que ella no quería, y además con el tiempo me había dado cuenta de que le encantaban las sorpresas y que todos sus planes salieran a la perfección. Era una de las pocas cosas que no concordábamos ella y yo, a mi no me gustaban demasiado las sorpresas porque siempre la curiosidad me ganaba y por claras razones a mi nunca me salía algo como lo planeaba.

—¿Y Luke?

—Fueron por la pizza.

Me mordí el labio —¿Fueron?— Abby asintió y sonrió de oreja a oreja —¿Abby?

—Ya llegó tu hermano favorito, Gaby.

Escuche como el bobo de Luke me hablaba, estaba detrás de mi, rodé los ojos y me crucé de brazos enfada como niña chiquita y volteé hacia él —Hola para ti también, idiota. Y no me vuelvas a llamar “Gaby".— chille.

Cuando termine de hablar me percaté de que Luke no se encontraba solo y que su acompañando era la persona que había visto en mi oficina hace unas horas, Nick, mi jefe.

«Oh por dios»

¿Qué hacía Nick aquí? ¿Y porque justamente él de todas las personas que había tuvo que haber presenciado mi lado inmaduro con Luke?

«¿Por qué me ama la mala suerte?»

¡Maldita mala suerte!

Me sonrojé, Nick había presenciado mi pelea con Luke, una igual como las tantas que presenció cuando éramos unos adolescentes, donde siempre le daba risa y después nos regañaba a ambos.

Luke se llevó una mano al pecho, estaba segura que a continuación vendría su momento de drama —¿Cómo te atreves a llamarme así? A mi, tu hermano favorito, el que siempre está ahí para ti.

—Genial.

Nick sólo nos observaba en silencio, pero después sonrió —¿Como en los viejos tiempos, eh?

Me dejé caer en el asiento con los brazos cruzados y todavía aun roja de la cara, Abby solo sonrió y negó divertida, a todos le había hecho gracia lo que había pasado.

La mesa era de cuatro asientos, dos juntos y los otros dos de igual forma, Abby estaba sentada del otro lado de la mesa y obviamente Luke se sentó a un lado de ella, el asiento disponible que quedo era a un lado mío y el cual Nick ocupó, agradecí internamente que escogieran esta mesa.

—La razón por la cual los invitamos para comer era para…

—Alto ahí, bebé. Sugiero que primero comamos.— interrumpió Luke a Abby.

¡NO!

No y no, las sorpresas no eran buenas, y era algo totalmente injusto alargarlas más de lo que se debería, y además esto ya me había pasado una vez y no había terminado muy bien.

—¿Hablas en serio, Luke?— me quejé.

—Creo que sería lo mejor.

—No tienes idea de cuánto te quiero.

Luke me guiño el ojo —Yo también te quiero mucho, Gaby.

Gruñí y comencé a comer, todos imitaron mi acción, comimos en silencio y de una manera rápida, era justo lo que necesitaba, la curiosidad me estaba matando por dentro.

Tener a un lado mío a Nick y estar consciente de él y del calor que desprendía me ponía los pelos de punta. Además de que mientras comíamos lo había estado observando de una manera discreta, iba vestido de manera informal, por alguna extraña razón le parecía más atractivo cuando estaba vestido informalmente que cuando estaba vestido formal, me parecía más guapo con vaqueros que con traje.

«Deja de babear por él»

Salí de mis pensamientos cuando Abby rompió el silencio y habló —La razón por la que queríamos verlos es porque, queremos pedirles que sean nuestros padrino.— se dirigió a Nick —Y dama.— ahora se dirigió a mi —Ambos son muy importantes para nosotros, y nos haría realmente felices que aceptarán.

Una decisión importante de la cual ya tenía la respuesta, ni siquiera tenía la necesidad de pensarlo, ambos eran muy importantes para mi y me alegraba que me lo hubiera pedido a mí.

—¡Claro que si!

Me levanté para abrazarlos, las oreja me recibo con los brazos abiertos, estaba emocionada y feliz, era mi hermano y quería lo mejor del mundo para él, aunque siempre nos peleábamos como niños pequeños ambos nos queríamos demasiado.

—Sería un honor ser el padrino en la boda de mi mejor amigo.— habló al fin Nick.

Estaba tan emocionada y eufórica por el momento, que por instinto cuando se paró Nick lo abrace con fuerza, sonreí cuando el me devolvió el abrazo con la misma energía.

—Esto es tan genial.

Pasamos el resto del día charlando sobre los preparativos de la vida y sobre la pareja, entre risas. Estar cerca de Nick, reír a su lado y que él estuviera tan relajado como yo fue lo mejor de todo.

Un flechazo por mi Jefe | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora