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"¡Dazai-san! ¡He derrotado a media organización contraria en menos de diez minutos! ¿Tendré su aprobación?"

De nuevo, fui ignorado por Dazai-san. Él me escuchó y siguió su camino hacia Jinko, ese estúpido tigre que se ganó su aprobación sin ni siquiera haber tenido un entrenamiento duro antes de ponerse a pelear. Maldita vida. Estúpido Jinko.

¿Por qué debería seguirle rogando a ese tipo para conseguir su reconocimiento? ¿No será mejor dejarlo ya? No. Tengo que conseguir ser bueno ante los ojos de Dazai-san antes de que mi final llegue. Haré un segundo intento.

"¡Dazai-san, ¿miró cómo yo hice...?!"

No dejó que terminara de contarle mi nuevo logro, cuando se acercó a mí y me dió una patada en el abdomen. Así era Dazai-san... Golpeaba a quienes más esfuerzo le ponían en su trabajo. Me golpeaba a mí cuando él ya no era parte de la Port Mafia y yo ya no era su estudiante. Odio a Dazai-san, y lo mataré algún día.

"¡Dazai-san! ¡Akutagawa también ayudó contra esa organización! Deberías... darle tu aprobación".

Jinko se entrometió para defenderme. Él sabía de mi enfermedad, sabía que quería ese estúpido reconocimiento antes de morir, y tenía una idea equivocada del maldito suicida pero aún así, ese molesto tigre quería siempre mejorar las cosas y que Dazai-san no me ofendiera tanto como lo hacía.

"Akutagawa-kun es débil. Nunca podrá servir como se debe en la Port Mafia ni en ningún otro lado".

Fueron las duras palabras de ese hombre... Y todo era verdad. Yo soy débil. Incluso ahora mismo... El pequeño golpe terminó causándome tos con sangre y fuertes mareos. Aunque no quería, caí al suelo y perdí la consciencia.

Otra oportunidad para obtener esa aprobación, se había ido.

Lo seguiré intentando aunque me cuesten miles de golpes más, incluso mi propia vida.

Reconocido por Dazai-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora