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Chūya sonrió. Sólo quería jugar un poco. Si Ryūnosuke y Atsushi se volvían amigos era algo muy bueno para él, pero si desarrollaban un sentimiento mucho más fuerte y terminaran siendo una pareja, eso para Chūya era más que suficiente. Le agradaba el chico tigre, y estaría a favor si llegase a suceder una relación de ese tipo entre ambos.

Lanzó su sombrero, tocando la espalda del azabache para distraerlo.

— ¡No seas tan exigente con la visita, Akutagawa! ¡El chico no vino a que lo desnudes, sino a ser tu amigo!

Gritó el pelirrojo. Tanto Atsushi como Ryūnosuke se sonrojaron, pero el de cabellera negra aún se sentía algo incómodo con convertirse en el amigo de su rival.

— Eso nunca pasará, Chūya-san. No pienso ser amigo de este Jinko.

Tosió. Se alejaba de Atsushi, dejándolo con la camiseta desabrochada, algo nervioso.

El albino se sentó, aún sobre la cama, y comenzó a abrochar los botones de su camiseta. No entendía porqué siempre Akutagawa lo consideraba un espía de Dazai o alguien que pudiera llevarle malos obsequios de parte del hombre del vendaje.

— ¿Por qué no podemos ser amigos?

Preguntó Atsushi. Su gesto se volvió triste y cabizbajo. Regresaba a la puerta en donde Chūya se encontraba presenciando todo y escuchando a los más jóvenes.

— Porque te odio, y no puedo encariñarme con nadie.

Respondió frío. Akutagawa se había prometido no tomarle cariño a nadie a excepción de Chūya y Dazai. No tenía sentido para él hacer amigos cuando su final estaba bastante cerca.

— Sí puedes, Akutagawa. En realidad...no creo que odies a este chico tanto como dices...

Intervino Chūya. El azabache echó un vistazo al menor que yacía al lado de su tutor. Era la primera vez que miraba a "Jinko" de ese modo. Parecía como si una brillante luz envolvía a Atsushi en su totalidad y lo hacía ver radiante y hermoso. ¿Por qué decía odiar a Jinko si lo había salvado cientos de veces en las misiones de ambos e incluso recibido algunos de sus regalos, como comida y bocadillos? ¿Quizás sea por el hecho de ser rivales y que sólo uno de ellos haya sido reconocido por Dazai?

El corazón de Akutagawa latía con fuerza, como nunca antes. Se sentía vivo y para nada débil. Negó con la cabeza para salir de sus pensamientos, pero sólo terminó con leve rubor en sus mejillas y una sensación de calor en su rostro. Miró que Chūya sonrió.

"¿Qué demonios hizo Chūya-san con sus palabras? Esto... Se siente muy extraño. ¿Estaré muriendo ahora mismo? No. Me siento más vivo que antes... Chūya-san... ¿Qué clase de criatura inhumana es?"

Decía en su mente. No comprendía lo que estaba sintiendo pero por Jinko, jamás. Quizás se trataba de algún hechizo causado por ese tigre, o quizás...

Notó que de la cabeza del pelirrojo, comenzaron a salir un par de orejas muy similares a las de conejo, de color anaranjado. Peludas y adorables. Pero no sé imaginaba que sobre su cabeza también aparecían un par de orejas de conejo color negro con puntas blancas, más frondosas que las de Chūya.

— Chūya...San...

Estaba sorprendido. Atsushi retrocedió un poco, algo asustado. ¿Cómo era eso posible? ¿Acaso los mafiosos se convertirán en conejos repentinamente? No lograba entenderlo. Creía ser el único con habilidad de un animal pero ahora tenía el presentimiento de que los conejos eran habilidades extras de Akutagawa y el ejecutivo del sombrero.

— No te asustes, Akutagawa. Hay una explicación. Yo te la daré.

Chūya intentaba calmarlo, al ver lo nervioso y confundido que podría estar el azabache.
Akutagawa se miran frente al espejo, esas grandes y hermosas orejas de conejo que por primera vez podía apreciar.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2021 ⏰

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Reconocido por Dazai-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora