✧ ཻུ۪۪⸙𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐞𝐧✧ ཻུ۪۪⸙

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diciembre 1994

-¡Potter!, ¡Weasley!,¿quieren atender?

La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron.

La clase estaba acabando. Habían terminado el trabajo: las gallinas de Guinea que habían estado transformando en conejillos de Indias estaban guardadas en una jaula grande colocada sobre la mesa de la profesora McGonagall y habían copiado de la pizarra el enunciado de sus deberes.

La campana iba a sonar de un momento a otro. Cuando Harry y Ron, que habían estado luchando con dos de las varitas de pega de Fred y George a modo de espadas,levantaron la vista, Ron sujetaba un loro de hojalata, y Harry, una merluza de goma.

-Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad -dijo dirigiéndoles a los dos una mirada de enfado cuando la cabeza de la merluza de Harry cayó al suelo -, tengo que decirles algo a todos ustedes. Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...

Lavender Brown dejó escapar una risita estridente. Parvati Patil le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a Harry. La profesora McGonagall no les hizo caso, lo cual le pareció injusto a Harry, ya que a Ron y a él sí que los había regañado.

en cambio alouqua miraba hacia arriba con una cara de sufrimiento

-Será obligatoria la túnica de gala. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... -La profesora recorrió la clase muy despacio con la mirada-. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire -dijo, en tono de desaprobación.

Lavender se rió más fuerte, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido. Harry comprendió dónde estaba aquella vez lo divertido: la profesora McGonagall, que llevaba el pelo recogido en un moño muy apretado, no parecía haber echado nunca una cana al aire, en ningún sentido.

-Pero eso no quiere decir que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.

Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro. La profesora McGonagall llamó por encima del alboroto:

-:Potter, por favor, quiero hablar contigo.

-¡aaaaaaaaggh!-se quejo la pelinegra-no quiero estar en un maldito baile

-pues yo si,quiero ver a hombres guapos-dijo angel

-que mas da si es un baile o no,no tengo pensado ir-se encogió de hombros

-¡¿como?!,¡parkinson! tu vas a ir al baile y yo te conseguiré pareja-lo señalo angel

-bien,bien tu ganas dust-se rindió

-y tu apple-le dijo

-no se podría ir al pentagrama no se-

-te apuesto todo lo que quieras que la mitad de hombres que hay te van a invitar

Una semana antes, Harry habría pensado que encontrar una pareja de baile era pan comido comparado con enfrentarse a un colacuerno húngaro.

Pero, habiendo ya pasado esto último, y teniendo que afrontar la perspectiva de pedirle a una chica que bailara con él, le parecía que era preferible volver a pasar por lo del colacuerno.

➛𝐒 𝐇 𝐘||𝑯𝒂𝒓𝒓𝒚 𝑱.𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora