❍̥͙̊⸙͎𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐞𝐢𝐠𝐭𝐡❍̥͙̊⸙͎

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noviembre,1993

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noviembre,1993

La señora Pomfrey insistió en que Harry se quedara en la enfermería el fin de semana. El muchacho no se quejó, pero no le permitió que tirara los restos de la Nimbus 2.000.

Sabía que era una tontería y que la Nimbus no podía repararse, pero Harry no podía evitarlo. Era como perder a uno de sus mejores amigos.
Lo visitó gente sin parar; todos con la intención de infundirle ánimos. Hagrid le envió unas flores llenas de tijeretas y que parecían coles amarillas, y Ginny Weasley,sonrojada, apareció con una tarjeta de saludo que ella misma había hecho y que cantaba con voz estridente salvo cuando se cerraba y se metía debajo del frutero.

El equipo de Gryffindor volvió a visitarlo el domingo por la mañana, esta vez con Wood, que aseguró a Harry con voz de ultratumba que no lo culpaba en absoluto. Ron y Hermione no se iban hasta que llegaba la noche. Pero nada de cuanto dijera o hiciese nadie podía aliviar a Harry, porque los demás sólo conocían la mitad de lo que le preocupaba.

pero durante esos días el muchacho esperaba que la pelinegra lo volviera a visitar, pero no paso, siempre le preguntaba a ron y hermione pero estos solo decían que salia en la madrugada junto a ángel y boris y que volvían a las tres o cuatro de la mañana

No había dicho nada a nadie acerca del Grim, ni siquiera a sus amigos, porque sabía que Ron se asustaría y Hermione se burlaría. El hecho era, sin embargo,que el Grim se le había aparecido dos veces y en las dos ocasiones había habido accidentes casi fatales. La primera casi lo había atropellado el autobús noctámbulo. La segunda había caído de veinte metros de altura. ¿Iba a acosarlo el Grim hasta la muerte? ¿Iba a pasar él el resto de su vida esperando las apariciones del animal?

Y luego estaban los dementores. Harry se sentía muy humillado cada vez que pensaba en ellos. Todo el mundo decía que los dementores eran espantosos, pero nadie se desmayaba al verlos... Nadie más oía en su cabeza el eco de los gritos de sus padres antes de morir.

Porque Harry sabía ya de quién era aquella voz que gritaba. En la enfermería, desvelado durante la noche, contemplando las rayas que la luz de la luna dibujaba en el techo, oía sus palabras una y otra vez. Cuando se le acercaban los dementores, oía los últimos gritos de su madre, su afán por protegerlo de lord Voldemort, y las carcajadas de lord Voldemort antes de matarla...

Harry dormía irregularmente, sumergiéndose en sueños plagados de manos corruptas y viscosas y de gritos de terror, y se despertaba sobresaltado para volver a oír los gritos de su madre. Fue un alivio regresar el lunes al bullicio del colegio, donde estaba obligado a pensar en otras cosas, aunque tuviera que soportar las burlas de Draco Malfoy. Malfoy no cabía en sí de gozo por la derrota de Gryffindor.

Por fin se había quitado las vendas y lo había celebrado parodiando la caída de Harry. La mayor parte de la siguiente clase de Pociones la pasó Malfoy imitando por toda la mazmorra a los dementores. Llegó un momento en que Ron no pudo soportarlo más y le arrojó un corazón de cocodrilo grande y viscoso. Le dio en la cara y consiguió que Snape le quitara cincuenta puntos a Gryffindor.

➛𝐒 𝐇 𝐘||𝑯𝒂𝒓𝒓𝒚 𝑱.𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora