Capítulo 9

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Me incorporé lentamente, abrí los ojos, vi un cielo azul.

Me senté, recordé lo que pasó y me desperté a bocajarro.

Estaba en el tejado de mi habitación, la ciudad estaba resplandeciente como me la encontré antes al llegar ayer.

Directamente mis manos exploraron mi cuerpo en busca de una herida pero no había nada.

Se oye la puerta.

-¡Cariño!-exclamó Ariadna tras la puerta.-Vamos dormilona que ya son más de las doce.

Me dolía muchísimo la cabeza, alcé mis manos a mi cabeza por si acaso en cualquier momento se me iba a ir del cuello, estaba confundida.

-¡Ha sido un sueño!, parecía muy real....-pensé.

Y luego mis manos directamente se me fueron a mi boca, me sonrojé.

-¡Oh Dios mio!.....¿me habrá besado?...¿mi primer beso por fin?.... ¿o habrá sido parte del sueño?....

Suspiré aireada, cerré los ojos para calmarme, luego los abrí, vi el bordillo de la ventana en la que estaba y que me conectaba al tejado, todo estaba igual antes de que viniera Zack....

Tocaron la puerta de mi habitación otra vez.

-¿Vanessa?,¿Estás bien?-preguntó preocupada Ariadna.

-Emmm....¡sí, sí! tranquila Ariadna es que.... estoy buscando a Mago-me inventé.

-¡Ah! Mago está durmiendo en los establos- dijo alegremente Ariadna que todavía me hablaba detrás de la puerta.

-¿Tenemos caballos?-pregunté.

-¡Claro!, si a Janeth le encantan los caballos y como todos los animales se respetan aqui... asi que están contentos, no te preocupes por él... bueno baja ya que el desayuno se está enfriando-me avisó.

Se oyó pasos que se alegaban.

Suspiré por segunda vez y entré en la habitación.

Observé mi habitación, toda la pared era blanca esperando a que la pintará.

Sonreí, eso me sacaría un poco del mundo.

Salí de mi habitación y bajé las escaleras.

Ariadna y Janeth me estaban esperando tomando un café justo donde me recibieron ayer.

Ariadna llevaba un vestido sencillo de color negro, Janeth una blusa blanca con unos vaqueros.

-Haber si lo que te he preparado te gusta-me guiñó un ojo Ariadna.

La verdad yo me esperaba una tostada y un té, pero allí había ensaimadas y tortitas con un Cola Cao.

Mis favoritos.

La miré, ella a cambió me miró con un amor caluroso.

-¿Cómo lo sabía?

-Bueno.... Vanessa, hoy he ido a la biblioteca ha comprarte unos libros, haber si te gustan.

Cogió una bolsa que tenía detrás de donde se sentaba y me la tendió.

Yo la cogí ansiosa, me encantaban los libros.

Había libros de Rick Riordan, Becca Fitzpatrick, Veronica Roth, Stephen King y de Laura Gallego.

-¿He acertado?-dijo Ariadna.

-Totalmente-dije yo sorprendida.

Faltaban algunos más ¿Pero quién era yo para interrumpir esto?

-Muchísimas gracias-dije yo sinceramente.

Terminé de desayunar, este día quería conocer un poco más la ciudad asique me obligué a preguntar:

-Bueno... quiero dar un paseo por la ciudad...¿Podría?

-¡Claro que sí!,¿cuando volverás?-me preguntó Ariadna.

-P...pues no se...-dije yo.

-Pero cielo... ¿llevas la ropa de ayer?-me miró Ariadna de arriba a bajo.

-Es que no me dió tiempo a coger ropa- me excusé, un poco roja.

-Te dejaré yo de la mía, espérate aqui un momento-y se fué.

-Tranquila tiene cosas decentes-habló por primera vez Janeth.- Lleva esos vestidos super lujosos pero tiene cosas de tu estilo muchacha-me guiño el ojo.

Ahí si que me puse como un tomate, no sabía si tomármelo como un cumplido o no.

-¡Ya he vuelto!-apareció Ariadna con una masa de ropa.-Pruébate uno y haz el paseo que planeabas.-me dijo Ariadna poniéndome ropa en mis brazos.

Me quedaba tan bien...

Estaba frente al espejo con un conjunto que Ariadna me había dado, tenía una camiseta ancha, gris donde ponía NYC en rojo, luego unos vaqueros con dobladillo en el final, se veían mis gemelos y también unas converse grises, sujeté mi pelo con una trenza francesa, así me fuí a dar mi paseo.

Todo era natural, se respiraba muy bien, oía a los pájaros y a los animales de la gente.

-¡Hey!- me dijo un chico que estaba apoyado en uno de los árboles de la cera.

Pasé de largo pero él no paraba de gritarme.

-Déjala en paz, Marco- dijo una voz detrás mio.

Al darme la vuelta vi a Ethan encarando al chico, se le veía muy serio.

-Tranquilo chaval, no le iba a hacer nada- dijo Marco subiendo las manos a la altura de sus hombros.

Ethan le susurró algo, vi que Marco tragaba fuertemente y se fué.

Nos miramos, yo rodeé los ojos y seguí mi camino.

-¡Eh! te he salvado, me debes una cena-dijo pícaro.

-¿Qué le has susurrado?-pregunté dando media vuelta, encarándome a él.

-Nada grave-dijo con una sonrisita.

Lo miré por segunda vez, suspiré y volví a caminar por donde me dirigía antes.

Me agarró del brazo, dándome la vuelta.

-Espera, espera, me debes una cena-repitió.

Ni en sueños.

Hice un gesto de pensar y añadí.

-NO.

-¿Por qué no?-preguntó.-¿Por qué soy irresistible y crees que en un momento dado te descontrolarás?-me guiñó el ojo riéndose.

Que ego tan grande...

-Porque no ¿te basta eso?-pregunté sarcástica.

-Solo una, tampoco te estoy pidiendo tanto-me miró con cara de cachorrito.

Exhalé un suspiro de derrota y dije:

-Vale, pero no quiero nada extraño-le avisé.

-Esta noche a las nueve, gracias madmoiselle-se inclinó y me beso la mano como lo hacían antigüamente.

Me ruboricé al instante.

Me miró entre arrogante y traviesamente divertido.

Di media vuelta por el camino que llegaba a casa de Ariadna.

Fuí a mi habitación cerrando detrás mio la puerta.

Me apoyé en la puerta sentándome.

No quería estar contenta y nerviosa.

Pero lo estaba.

¿Qué he hecho?,¿Qué he hecho?


En el tejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora