Capítulo 3

134 13 4
                                    

-¡¿Qué haces?!-grité.

Ya estábamos en un descampado del bosque y no se veía prácticamente nada.

-Haber, cálmate.

-¡¿Qué me calme?!, ¡me has arrastrado desde el instituto hasta aqui, mi madre me va a matar!-exclamé.

-¿No te has cansado?-se asombró.

-Pues no Ethan, no.

Empezó a murmurar algo pero no alcanzaba a mis oídos y eso me impresionó porque yo tenia mis sentidos muy finos.

-¿Qué pasa?

-Te tengo que contar una cosa pero te tienes que sentar-dijo muy serio.

-Me estás asustando¿qué pasa?-pregunté.

A lo lejos se oían pasos, crujían ramas y también se oían voces, seguramente eran los que me perseguían, se podia decir que su fuerte no es el sigilo, miré en esa dirección.

-¿También lo has oído?-preguntó maravillado.

-Pues claro, no estoy sorda-le dije fríamente.

-No, eso ya lo veo-me dijo con esa sonrisa divertida que tenía siempre-ahora haz lo que te digo, ve al lado de donde están caminando y escóndete por esa zona, seguramente crean que estamos huyendo asi que pasarán por alto la zona por donde pasarán, cuando se hayan ido, vete rápido a tu casa, yo ya te llamaré o te avisaré y no se lo cuentes a nadie¿vale?.

-Vale.

-De verdad, esto es muy serio, no se lo cuentes a nadie-me repitió.

Ya me iba a ir  pero un impulso me dijo que tenía que mirar atrás, y al mirar atrás veía que no se había ido y me miraba.

-Me tienes que dar tu núm...-le interrumpieron unas lejanas voces.

-¡Correr que no escape!-la voz ya sonaba cerca.

Me olvidé de él e hice lo que me dijo, me escondí.

Vi unos zapatos deslizándose sobre la maleza.

-Tranquila Van, tú puedes, no respires, no te muevas...

Al cabo de un rato desaparecieron y corrí todo lo que pude hasta llegar a casa, cerré la puerta detrás de mi, pero no sabía que tenía algo peor en casa...

-Hola, cariño¿sabes qué?-dijo mi madre calmada pero que me sacaba los pelos de punta.

-¿Sí, mamá?-sonreí todo lo que pude.

-Me ha llamado el instituto¿sabrías decirme por qué?

-Jo, lo siento por faltar a clase, mamá, es que tenía cosas que hacer.

-¿Cómo cuales?- me preguntó.

Pero parecía que quería saberlo realmente, no para que pasara un mal rato...

-Estudiar con Isabella, ya sabes que biología se me da bastante mal, mamá.

-Sube a tu cuarto ahora mismo-dijo cansada.

Parecía...¿decepcionada? pero ¿de qué?,¿de faltar a clase o de otra cosa...?

Subí tras unos segundos de duda y me encerré. Me tumbé en mi cama y estuve así bastante tiempo, oí como llamaban al timbre ya que mis cinco sentidos los tenía muy desarrollados y también oí que era los periodistas.

-Ya estoy cansada, estoy harta del mundo ahora mismo, necesito un poco de paz, sólo un poco... tengo que estudiar pero... solo será un minuto-pensé.

En el tejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora