Capítulo 11

117 10 4
                                    

Mi primera reacción fue correr, si ya sé, soy una cobarde, pero en serio, imagínate que tú hace un año creías que tu padre estaba muerto y te lo encuentras en un restaurante tan tranquilo¿qué harías?

Yo correr, ya sé era mi padre pero para mi era como un fantasma.

Corrí hacia la puerta de atrás, murmurando disculpas a los que derrumbaba por mi camino, salí del restaurante y fui directamente a la mansión.

Al llegar, antes de entrar, tomé aire y respiré un poco, acto seguido entré.

-Cariño, que pronto has llegado ¿A ido mal?-preguntó Ariadne.

-Em... no es que me encontré un poco mal y necesitaba echarme un rato para despejarme-mentí.

Haber mentir, mentir no era una mentira... me encontraba mal.

-Entonces ve a la cama cielo, te traeré una sopa-sugirió.

-Muchas gracias.

Al entrar a mi cuarto fui al tejado y me tumbé boca arriba para mirar las estrellas, habia tantas...

El Sol me acariciaba y me invitaba a abrir mis ojos, pero éstos al abrirse no se acostumbraron a la luz de la mañana. 

Me incorporé, vi a Mago entre mis piernas y no quise despertarle asi que me quedé quieta para observar que hacía ahí y que pasó la noche anterior.

Y me acordé, cerré los ojos para no caerme desde el tejado, mi padre... también hubo momentos agradables, el beso..., el vestido, que ahora mismo estaba arrugado, suspiré.

Sin evitarlo, al levantarme desperté a Mago que hizo un maullido de queja, me fui a cambiarme, cogí lo primero que vi: una blusa de color verde, unos vaqueros y unas deportivas, fui al baño a peinarme, me hize una trenza francesa y bajé a la cocina.

-Buenos días-saludó Ariande.- Desayuna rápido que tienes que ir al instituto.

-¡¿Cómo?!-grité contenta.- ¿A mi instituto?

-Claro-afirmó Ariadne con una sonrisa.-Pero no puedes contar a nadie de todo lo que te ha pasado en estos días ¿de acuerdo?, dentro de poco te harán La Prueba, asi que durante estos días vas a vivir en tu pueblo, en tu casa y ya te avisaré para que vuelvas y la hagas.

-Claro, claro, muchas gracias, me daré prisa.

-Queremos que vivas una vida normal, bueno dentro de lo que cabe.

-Vale, muchas gracias Ariadne-agradecí otra vez.

No me malinterpretéis, no quiero estudiar ni nada de eso, solo que yo quiero una vida normal y estar donde siempre he sido normal es un salvavidas para mi y siento que esa prueba me hará cambiar.

-¡Hola chicas!

Estaba en el recinto del instituto, aunque hubiera desaparecido dos días, mis amigas seguían esperándome como cada día.

-¡Hola!,¿Dónde has estado durante estos días, creímos que te había tragado la tierra-riñó Mariam mientras entrábamos.

-Llamamos a tu casa pero nadie contestaba-dijo Isabella.

-Bueno, estoy aqui, asi que tranquilas, ¿Ha pasado algo en el instituto mientras que no estaba?-pregunté.

-Pues hay un chico de pelo castaño que dice que te conoce-dijo Mariam.-Estás en racha este año.

Y esta es una bonita forma de cambiar el curso de la conversación.

-¿Ah si, y dice que me conoce?-pregunté extrañada.

-Ajja-afirmó Mariam.-Y es mono.

-Mariam...-la regañé.

-¿Qué?-preguntó con las manos en alto.

-Estás muy obsesiva con eso últimamente.

-Pero que...-paró Mariam.-Ese es...¡el chico!-apuntó.

Era un chico alto, de metro ochenta, tenía el cabello castaño, moreno de piel y tenía unos intensos ojos de color verde, como los míos, me sonaba muchísimo...

El chico estaba en su taquilla, todavía no se habia percatado de que tres chicas lo miraban fijamente.

-¿De qué te conocerá?-urgó Mariam.

-Ni idea, pero me suena muchísimo...

-Vámonos chicas-dijo Isabella.

-Con que aqui estás Vanessa-dijo un individuo detrás mio.

Me di la vuelta lentamente hasta encontrarme con unos bonitos ojos marrones.

-Ethan ¿no?-preguntó Mariam.

-Si-afirmó él giñándole un ojo.

Rodeé los ojos y miré hacia otro lado donde no hubiera coqueteo.

Si, tenía celos, ha sido mi primer beso y a primeras de cambio se liga a otra...estupendo....

Además quería saber si estaba ese extraño chico, pero para mi sorpresa no estaba, que rápido...

Lo intenté buscar con la mirada en los pasillos, pero unos ojos marrones se interpusieron.

-Te tengo que decir una cosa-dijo Ethan con aires de superioridad.

-Os dejamos solos-dijo Isabella llevándose a Mariam que no paraba de mirar a Ethan.

Supliqué con la mirada a mis amigas pero no me hicieron caso alguno.

-¿Qué quieres?-le pregunté secamente.

Me salió solo.

-¿Por qué te fuiste?-preguntó Ethan ahora más normal sin ese aire de altivez.

-Porque estaba mi padre, ¿sabes tú como reaccionar ante una persona querida  que creiste que estaba muerto pero no... solo se habia escondido sin avisar antes a su familia?

-Tal vez si fuera tú...¿abrazarle?

-Perdón ¿eres Vanessa?-dijo alguien detrás.

-Eh...si, soy yo.

Me di la vuelta, era el chico que decía que me conocía.

Pero si no estaba en los pasillos...

-Soy Daniel ¿te acuerdas?

Indagué en mi cerebro, rebusqué y rebusqué hasta que por fin lo encontré.

Me acordé.

Y de un momento a otro irradié una felicidad inmensa.








En el tejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora