Touchdown uno: "¿Que si el Field importa?... Sí"

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1.

AIDAN

Boston

—No puedes irte, Westwick— el entrenador me apuntó con su dedo posicionándolo en mi pecho —. Te lo advierto

Puse los ojos en blanco y quise reírme en su cara, me valía una puta mierda sus amenazas. No podía sacarme de la liga aunque lo intentara. Por lo general Malcom Eisley era accesible pero cuando recién iniciaban los partidos de entrenamiento para la clasificación era un dolor en el culo, lo sabía, incluso me sorprendía estar aquí intentando retarlo

—Lo siento, entrenador pero no te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando— la furia creciente en sus ojos mieles me divirtió más de lo estrictamente debido. Solté una pequeña risa ganándome una mirada asesina y problemas incluso antes de que él mismo lo dijera en voz alta. Piuf... ¡la había cagado!

—Escucha Weswick— pegó dos golpecitos con las yemas de sus dedos en el mismo lugar —, sé que me estás avisando y que, de no ser importante lo que harás no saldrías corriendo después de una simple llamada pero Aidan...

—Aidan, nada, entrenador, regresaré en un par de días, estaré antes del sigui...— guardé silencio de manera involuntaria cuando apretó mi hombro izquiero con tanta fuerza que me fue imposible no quejarme

—¿Crees que estoy loco para dejar que te vayas un maldito par de días? ¿por quién me tomas?— negó con la cabeza, todavía advirtiéndome que no iba a dejar que me marchara

—¡Maldita sea, Malcom!— bufé con enojo retrocediendo para que liberara mi hombro. ¡Joder, este hombre! Bien, si no había más opciones civilizadas lo haría que cediera por la fuerza. Dejé escapar un largo y cansado suspiro molesto —. Sé lo importantes que son los malditos partidos siguientes pero primero está mi jodida familia, entrenador Eisley. No puedo concentrarme o canalizar mi estado de ánimo si no viajo a California para evitar que Colt no se mate— yo quería matar a ese idiota con mis propias manos por imbécil —así que, entrenador ¿me puedes dejar ir dos jodidos días de la semana a Los Ángeles?— esta vez había pedido su permiso pero incluso si ni con eso accedía iba a tomar el estúpido avión esta tarde

—Joder— se maldijo para sí puesto que había flaqueado al acceder con la cabeza. La mayor parte del tiempo el hombre de cuarenta y nueve años frente a mí se lo dedicaba al fútbol americano pero por encima de eso siempre estaba su esposa he hijos, todos lo sabíamos —. Está bien pero te quiero aquí el miércoles o vas a llorar, Aidan Westwick y te juro, escucha bien, que te mantendré en la banca en el partido del siguiente domingo— asentí de acuerdo, al final sabía que me devolvería el martes o quizá el mismísimo lunes por la noche

—Vale, me voy— no esperé respuesta, más bien rápidamente salí corriendo de su oficina al estacionamiento por mi coche, cuando llegué me monté en el lado del conductor encendiéndolo para salir del lugar. No tenía mucho tiempo antes de mi vuelo. Salía a las cinco y media de la tarde y Nessa había hecho un jodido milagro para conseguirlo. No lo perdería ni loco

Todos los idiotas me habían ocultado lo que sucedió con Colt pero Nate la había cagado y se le salió decírmelo cuando me habló para felicitarme por ganar hace una hora. Por obvias razones me enfurecí, no le dije que haría que Vanessa me buscara un maldito pasaje a California mientras hablaba con él así que nadie sabía que llegaría, tampoco se lo esperaban teniendo en cuenta que estaba a mediados de la temporada de clasificación antes de los partidos importantes para el super Bowl del siguiente año; pero iría con gusto hasta allá y les mataría por esconderme algo tan importante. A la mierda mi carrera, por supuesto que no me hubiera importado salir corriendo aquel mismo día del accidente pero como es la maldita costumbre Cole pensó por mí y los imbéciles de Colt y Nathan le siguieron el juego al no decirme una maldita palabra al respecto ¡no podía creer que hasta Dawson confabulara con esos imbéciles y me lo ocultara! ¡claro que los aplastaría a todos!

Touchdown (Cuando Ella Era)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora