6.
RACHEL
Pasado uno: Dos semanas después del accidente
—No puedes seguir así, Rachel— no me moví. Mantenía cerrados los ojos para que Logan no me obligara a hablar con él. No quería hacerlo. No iba a despegarme de su lado —Rache, yo también te necesito, y también quiero estar con ella— suspiró pesadamente con toda la intención de hacerme sentir culpable —. Por favor ¿si? Sé que estás despierta— por supuesto, me había pillado con la guardia baja. Ya de nada valía continuar fingiendo, así que lentamente fui abriendo mis ojos y cuando lo hice me acomodé en la silla alzando mi mirada a la suya decidida a no ceder
—No puedo, Logan— desvié inmediatamente mi rostro de mi amigo a la persona en la camilla. Mi voz salió completamente quebrada, rota, destruída, justo como me sentía —. Créeme. No puedo dejarla sola, te prometo que no
—Vale pero también tú tienes que escucharme porque eres lo que me queda, Rache, Dios, mírate— llegó hasta mí tomando mi mentón entre sus manos para levantarlo con delicadeza —. Tienes los ojos cristalizados, las cuencas moradas y hundidas, la nariz roja, tu voz está rasposa como si no has parado de llorar en horas. No puedo seguir mirando cómo te destruyes. No quiero perderte, no puedo perderte. ¿Te has visto en un espejo? Estás completamente delgada, se te marca más de lo normal la clavícula ¿crees que matarte de hambre y sueño es la mejor salida?— sacudió la cabeza en negación —. Ve a casa, come y duerme un poco ¿está bien?— fue mi turno de negar. No. No quería marcharme. No quería que si ella despertaba no me encontrase con ella. Definitivamente no iba a irme a ningún lugar
—No, Logan— me puse de pie para demostrarle que dormir no me hacía falta pero un mareo inundó mi ser regresándome de inmediato a mi lugar —. Estoy bien— susurré por lo bajo sintiéndome una idiota puesto que era obvio que no estaba nada bien
—Y yo soy estúpido ¿no es así?— respondió con mucha molestia —. E lidiado con Colt hacen menos de cinco minutos— gruñó molesto —. El cabrón se atrevió a poner un pie hasta el culo de borracho aquí y todavía tiene el descaro de atacarme porque no le permití entrar.— se quejó —. Por favor, Rachel, ve a casa, duerme y aliméntate correctamente. Hazlo por mí y si no quieres hacerlo por mí o por ti... Hazlo por ella, no le gustaría verte así— murmuró con pesar desviando sus orbes grises a la pequeña bella durmiente a nuestro costado
Sé que tiene razón. Probablemente si Anne no estubiera dormida me pondría en mi lugar por descuidar no solo mi patética salud, sino la universidad completa. Su accidente es mi prioridad más importante, estar con ella aunque no abra los ojos es la manera en la que puedo pagar por mis culpas. ¿Cómo se supone que siga con mi vida cuando Anne no tuvo la oportunidad de hacerlo? Imposible
—No quiero dejarla sola— tragué saliva con fuerza pestañando repetidas veces —, no quiero que ella despierte y no estar en ese momento. Entiéndeme. No puedo irme sin más— no quería marcharme más de veinte minutos de su lado, era doloroso hacerlo
—Entiendo, pero necesitas dormir, pelirroja ¿podrías hacerlo? Prometo que si dueres veinticuatro horas voy a dejarte tranquila por cinco días— suspiré profundamente asintiendo de acuerdo
Me puse de pie, esta vez con tranquilidad. El malestar provocó que cerrara mis ojos por unos segundos y seguido los abriera y buscara a Anne con la mirada para perdirle perdón por marcharme
—Prometo que volveré en poco tiempo, no abras los ojos mientras no estoy ¿si? Te quiero, te quiero mucho, Ann— me mordí el labio inferior para sofocar el sollozo que quería salir
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Touchdown (Cuando Ella Era)
Novela Juvenil✔.Ella sería mía ✔.Una historia cliché destinada a ser cliché ✔. Rachel Aidan: jugador estrella de la NFL, amigo de los hermanos Cárter, tanto como para tomar sus vacaciones en en otro estado sin importarle lo que su agente dice. Un jugador nato qu...