Epilogo.

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Las cursivas son recuerdos, disfruten.


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—Entonces, abuelito. ¿No nos vas a seguir contando que pasó después?—Dijo la niña al señor casi calvo, con ojos cansados pero sonrisa alegre.

—Es que ese es el final de la historia.—aclaró—Iban a separar sus caminos y ya. No había mas opción.

La niña de 12 años negó con su cabecita y arrugó el entrecejo. No queriendo creer que la historia terminará así. Su mente casi adolescente le decía que había algo más, que NO PODÍA terminar así. ¿Qué había pasado con el resto de personas? ¿Por qué no lucharon? Ella había odiado el final. Por otro lado estaba su gemelo, de los mismos doce años, tan parecido físicamente pero tan diferente en formas de pensar. Eran unos niños, pero unos niños con una gran madurez que a veces sorprendían a su familia.

—Es que eres una tonta.—le dijo cruzándose de brazos y girando sus ojos—En el amor no siempre hay finales felices... ¿Qué tal si ese muchacho era solo el antesala a su verdadero historia de amor? ¿O si tal vez después de él vendría el verdadero amor de su vida?...

—¿Pero qué tal si no?—le interrumpió la niña. A veces odiaba un poquitito a su hermano.—¿Qué tal si por ser tontos y dejar que los demás decidieran por ellos se perdieron de lo que llevaba a la felicidad?

El abuelo solo los miraba sin emitir palabra. Ver discutir a sus nietos le traía recuerdos gratos, adoraba con todo su corazón a esos niños, más que su propio hijo.

—¿Entonces, abuelito? ¿Qué sucedió después?—dijo el niño ignorando a su hermana.

El abuelo continuó:

Salieron del restaurante con las miradas gachas y sin haber probado bocado. La angustia estaba en el aire pero solo ellos eran capaces de sentirlo, el entorno era alegre; con reuniones de familias, calles adornadas y gente paseando.

Entonces JiMin no lo soportó más. Aparcó el coche en un lado de la calle y bajó de el dejando a TaeHyung adentro con el susto de no saber que pasaba, de por qué habían parado.

Entonces con el desespero, salió TaeHyung del auto para ver que sucedía. Lo que miró le destrozó el corazón, JiMin estaba en cuclillas en una esquina de una pared cercana con sus manos cubriendo su rostro y sus hombros sacudiéndose con brusquedad. Le dolía el corazón también y no dejaba de preguntarse por qué su amor no pudo ser.

Aquel sentimiento lo ahogaba, aún así llegó hasta el lado del rubio y se agachó cruzando su brazo por sobre los hombros de JiMin. Este no dejó de llorar, debía confesar que sentía un poco de vergüenza debido a que nunca dejó que lo vieran hecho mierda pero la situación lo ameritaba.

TaeHyung no podía hacer más que reconfortarlo porque ¿qué mas podría hacer? No podía retractarse. Las decisiones de TaeHyung eran claras y precisas, él nunca se arrepentía.

Te Compro A Tu Novio ᴹⁱⁿⱽDonde viven las historias. Descúbrelo ahora