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Jennie se movía de manera sigilosa por los pasillos de la clínica privada. La frialdad de su mirada y la precisión de sus movimientos dejaba en claro su determinación por acabar de una vez con la rata escurridiza que resultaba ser Kim Seokjin. Sus hombres habían rodeado todo el perímetro del lugar para asegurar que al final de la hora ninguna persona escapara de ahí con vida. 

Todo parecía seguir el curso de su plan, sobre todo cuando Seung hyung le notificó que la seguridad del lugar había sido neutralizada. Jennie sonreía complacida por la noticia y su sonrisa no podía dejar su rostro desde que por fin se enteró del paradero de Seokjin por parte de uno de sus informantes en la clínica del lugar cuando Siwon había transferid a su sobrino d emergencia nuevamente para disipar su localización, solo que esta vez no fue lo suficientemente cuidadoso. Algo había ocurrido para hacer que el gran Kim Siwon cometiera aun error tan grave como ese. 

Cuando divisó a lo lejos el número de la habitación de su objetivo, respiró para concentrarse por completo en cualquier estimulo que le indicara peligro, sin embargo todo parecía listo para que ella pudiera comenzara moverse. Cargó el arma en una de sus manos con el silenciador y con habilidad abría la puerta de la habitación rápido y con el menor ruido posible. Esta crujió con levedad para luego dar algo de luz a la habitación algo sombría. La pelinegra entrecerró los ojos con algo de sospecha sabiendo que algo no andaba bien peor aún así ya no podía echarse atrás. Debía matar a Seokjin o enfrentarse a lo que le estuviera esperando en esa habitación. No temía a ninguna consecuencia.

Sintiendo la ansiedad y la adrenalina corriendo por su sangre, estiró la mano hacia la manta que cubría una especie de cuerpo sobre la cama y sin pensarlo dos veces retiró la prenda para encontrarse con almohadas   posicionadas en una forma conveniente que imitaban la forma de un cuerpo humano. 

Jennie abrió sus ojos con sorpresa y en un reflejo, dio vuelta su cuerpo con agilidad para apuntar hacia la persona que ahora posicionaba una pistola sobre su rostro. La pelinegra sonrió con desprecio ante el rostro del sujeto frente a ella. Más cuando este al instante llevó su dedo al gatillo para disparar.

- Creo que este es el fin...Kim Jennie.- La aludida elevó su rostro en altanería y con una sonrisa complacida vio con desafío a los ojos del hombre frente a él, relamiendo sus labios con parsimonia para hablar.

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- No lo creo.-

- Claro que sí, ya no insistas Solar.- replicó Hoseok con severidad como nunca se le veía con sus cercanos pero es que la terquedad con la que la pelirroja se negaba a abandonar el país para su mayor seguridad le hacía querer perder hasta el último cabello que aún luchaba al constante estrés del estilo de vida del hombre.

- Hobi...- puchereó un poco más compuesta la contraria después de haber estado algunos días recuperándose en el hospital luego de su rescate.-

- No. No me digas así si vas a seguir siendo una irresponsable con tu salud y la seguridad de nuestro bebé.-

Solar iba a replicar pero sin evitarlo de sus labios escapó una sonrisa al escuchar las palabras "nuestro" y "bebé" juntas. Sin duda era una combinación que la hacia explotar de emoción y expectativa. Si bien Hoseok y ella no habían tenido tiempo de celebrarlo como una pareja normal, la felicidad que ambos irradiaban al verse a los ojos decía todo lo que sus corazones en ese momento preferían callar hasta una situación más favorable. 

- Hobi quiero estar contigo, no me sentiría tranquila sin ti a mi lado, menos sabiendo que quizás no podría verte de nuevo.- La pelirroja sintió como las hormonas del embarazo la atacaban o mejor, prefería ocupar eso como excusa para justificar las furtivas lagrimas que ahora corrían por sus mejillas. Estaba angustiada por el futuro que tenían como familia, por estar embarazada en un momento así y aún peor, ante el peligro de que su bebé y ella quedaran solos. 

Hoseok sintió como su corazón se estrujaba ante la vista de su novia triste y decidió dejar esa postura imponente que el mismo se forzaba en mantener inclinándose hacia la camilla sobre la que estaba la chica. La abrazó con cuidado rodeando su espalda y posando una de sus manos por la parte trasera de su cabeza acunándola en su pecho con cariño y adoración mientras la pelirroja posaba su rostro con más tranquilidad sintiendo el calor reconfortante de su novio. 

- Por favor linda...esto será lo último que haré y luego seremos solo los tres. Debo ayudar a Jimin porque él nunca nos ha abandonado ¿comprendes? es mi amigo.-

La contraria asintió con efusividad igual de agradecida por lo que el pelirosa había hecho por ellos y cediendo a confiar una vez más en Hoseok. Sabia que él nunca rompería su promesa. Hoseok sonrió al sentir como el cuerpo de su novia se destensaba en sus brazos para luego alejarla y posar ambas manos sobre su rostro y juntar sus miradas.

-Déjame besarte Hobi, extraño tus labios.- el aludido se sonrojó y dejó escapar una pequeña risa nerviosa antes de obedecer, uniendo sus labios en un beso tranquilo y lento, tomándose todo el tiempo de disfrutar de la compañía que proporcionaba el contrario a la vez que deseaban creer en la esperanza de que en un futuro cercano, podrían ser felices y estar tranquilos, teniendo una vida normal junto a un hijo tan brillante y sonriente como su madre y su padre. Querían crear la familia que ambos no habían podido tener junto a la persona que consideraban perfecta para ello.

Solar recibió nuevamente un abrazo acogedor del pelirrojo y miró hacia el ramo de girasoles que yacía sobre la mesa frente a su cama mientras algunos rayos del sol se colaban por la ventana. Sonrió permitiéndose tener esperanza en el futuro, por ella y por todos los que quería y lo merecían. 

Dulce Secreto🗝 (Nammin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora