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Después de que pasaran unos días del rescate de Solar, Jimin había decidido tomar un descanso, sobre todo porque sabia que tener contacto directo con Joong-Ki aún lo afectaba de una manera que le daba rabia admitir. Quería creer que era más fuerte de lo que parecía y que podría afrontar la realidad inevitable en donde podría matar de una vez al maldito. Sin embargo, el recuerdo de ese hombre mientras pronunciaba de manera asquerosa su nombre, como lo miraba e incluso como buscaba tocarlo le producía un rechazo inevitable. Quería olvidar sus palabras que solo buscaban manipularlo y debilitarlo como cuando era más joven. Jimin sabia que buscaba jugar pero una parte de él que aún no lograba superar todos sus traumas, cedía inevitablemente ante las venenosas frases que se repetían en su cabeza y se quedaban ondeando en su mente hasta hacerlo querer llorar de frustración. 

"Recuerda que no eres nada" 

"No le importas a nadie" 

"Nunca nadie te va a querer de verdad".

Jimin tiró de su cabello con una fuerza excesiva mientras se inclinaba en el asiento del lugar donde vivía con Namjoon hasta que su pecho logró posarse sobre sus piernas, inclinado intentando alejar todas esas voces sutiles que le susurraban que podía ser cierto. Su inconsciente buscaba destruirlo mientras su parte consiente ya no podía con el peso emocional de las circunstancias. Jimin estaba sobrepasado y solo quería rendirse de una vez para descansar. 

"Iré por todos los que amas Jimin"

Se había comportado muy valiente al decir que se encargaría personalmente del maldito bastardo de Joong-Ki, sin embargo, sabia que no podía solo. Jimin era muy vulnerable y cualquier cosa que saliera de la boca de ese sujeto resultaba más duro incluso que cualquier paliza que hubiera recibido antes. No debía darle ese poder sobre si mismo pero no podía evitar el peso del pasado sobre su conciencia, sobre sus arrepentimientos y por lo que él creía eran sus pecados imperdonables. A veces llegaba a creer que estaba al mismo nivel que Joong-Ki y que al final del día aunque le costara aceptarlo, se merecería el dolor que el hombre se esforzaba por recordarle a través de su obsesión con él, porque hay muchos nombres para lo que aquel sujeto sentía por Jimin menos la palabra amor. Porque cuando Jimin recordaba a Namjoon, cuando lo veía, solo en esos momentos creía merecer algo mejor...pero ahora quería creer que él mismo también podía ser suficiente...aunque estuviera solo.

El pelirosa se rio de si mismo para erguirse sobre el asiento y refregar su rostro. Aún no podía darse por vencido. Tenia una promesa con sus amigos y con Namjoon. Esperaba ser lo suficientemente fuerte para soportar hasta el día en que pudiera amarse así mismo.

Permaneció en el sillón del lugar muchos minutos más antes de levantarse y comenzar a  ordenar las cosas que quedaban en aquel departamento. Separó muchos de los objetos que tenían como pareja y algunas cosas que consideraba eran lo suficientemente importantes para irse con él. Ropa, fotos, recuerdos y algunas alarmas que seguían ocultas en el lugar. Ya no había nada por lo que quedarse a sufrir sus penas, bastante era el silencio del lugar que alguna vez albergó el amor su amor, incluso si fue una mentira.

Jimin estaba analizando irse del país junto a su hermano. Quizás si se les permitía empezar a ambos de nuevo en otro lugar podrían lograrlo. Entendió que a veces en la vida había que saber  seguir con las cosas que se necesitan y dejar ir las cosas que con el tiempo dejan de hacer falta. 

Ojala fuera tan fácil con las personas...

Una vez que llenó algunas maletas con lo necesario, se retiró del lugar y dejó las llaves del departamento en la portería del edificio con la instrucción de que cuando Namjoon volviera se las entregaran a él. Luego se fue de ahí sin mirar atrás, abandonando de forma definitiva el hogar que alguna vez fue de ambos. 

Dulce Secreto🗝 (Nammin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora