연인- ガチャ
Yeonin-Gacha (Novio-gacha)
Jin, un adicto a todo tipo de videojuegos. En especial a las maquinitas de gacha-gacha, descubrirá algo fuera de serie en una de estas curiosas maquinitas.
-Bienvenido a la tienda Yeonin - Gacha!!
-¿Un novio en una...
Seokjin volvió alegre con su mate de hierbas, cuando ingresó a su habitación notó que Taehyung se volvió a dormir.
Colocó la tasa sobre el velador y se acercó a Tae intentando acariciar su rostro. Pero se llevó una sorpresa cuando su pulgar atravesó el pómulo izquierdo de Tae.
—¡¿Qué pasa?!— sentía su corazón estrujarse nuevamente, notando unas manchas sobre todo su cuerpo, por las cuales podía ver a través.
El cuerpo de Taehyung comenzaba a desaparecer.
Sin saber qué hacer, con los ojos llenándose de lágrimas. Logró recordar las palabras del extraño sujeto —sólo tienes 24 horas—
Vio su reloj y notó que faltaba menos de cinco minutos para que sea medianoche —¡Mierda! Sólo me dijo eso el viejo estúpido, ¿y qué se supone que ahora debo hacer?— la ansiedad estaba dominando su cuerpo, mientras veía cómo poco a poco Tae se desvanecía frente a sus ojos sin que él pudiera hacer algo.
En ese momento apareció delante de él ese extraño nombre — ¿A quién llamas viejo estúpido?— reclamó levantando una ceja, analizando al muchacho que tenía en frente.
Seokjin dio un salto del susto, sin poder responder, sólo trataba de calmar su agitado corazón.
—¡Devuélvemelo!— gritaba histérico en cuanto halló el valor.
—Ya no puedo, ¿No te dije? Es la advertencia que viene al reverso del papel donde leíste las instrucciones— explicaba con simpleza.
—No había nada escrito detrás— se defendió yendo en busca del dichoso papel.
Lo tomó y le mostró que efectivamente no había nada más escrito que las instrucciones.
—¡Oh! Se me debió haber olvidado, es que tengo muchas gachas y se me puede pasar— soltaba una risa escandalosa que a Seokjin sólo lo hacía enfurecer más y cuando estaba a punto de retarlo, Namjoon volvió a hablar.
—Como te decía, no puedo devolverlo porque ahora ya está de regreso en una gacha, debido a que su comprador no quiso aceptarlo…—
—Eso no es verdad, yo sí quiero…—
—Pero no veo tu firma acá ¿No?— interrumpía Namjoon nuevamente, mostrando el reverso del papel.
—No… ¡no me dijiste que debía hacer algo así!— se quejaba alterado, no podía ser que ese tipo olvidara de decirle tantas cosas.
—¿Acaso no te dijo él? ¿Que necesitaba tu firma para quedarse en este mundo?— interrogaba curioso por la respuesta. Pues debía comprobar si había roto el trato o no.
—No, él no me dijo nada. Sólo me decía que…— callaba por un instante sintiendo lo estúpido que fue de su parte nunca haber respondido ante sus continuas muestras de cariño, de amor — sólo me dijo que me amaba, nada más—
—Ajá, eso ya lo sé. Todas mis creaciones están hechas para sentir un amor muy puro y fuerte por su comprador. Pero tú, ¿nunca le dijiste que lo amabas cierto? — Seokjin quedaba petrificado, la verdad era que ni él sabía lo que sentía.
Todo fue tan rápido que no estaba seguro de que lo que sentía se podía llamar amor. En la vida le había ido tan mal en el amor que no estaba seguro ni siquiera de saber lo que era.
—No puedes mentirme, pues seré un despistado, olvidadizo. Sin embargo, tengo un mecanismo que me ayuda en ese sentido, pues si le hubieras dicho que lo amabas, en ese mismo instante tu firma figuraría en el reverso del papel— explicaba agitando ese pequeño trozo de papel.
Al notar que Seokjin no respondía y parecía estar perdido. Optó por continuar con más explicaciones, haber si así ese muchacho lograba entender.
—¿Sabes por qué pongo está condición?— Seokjin negaba con la cabeza— Porque son mis creaciones, yo les pongo todo el amor para que puedan nacer en este mundo. Por lo mismo no los dejaré con alguien que me los haga sufrir, este es mi modo de asegurarme que quien lo compra, tratará a mi creación con el mismo amor que se merece y con el cual le he creado— tomaba la gacha en su bolsillo que era idéntica a la que Seokjin había sacado.
—Entonces, ¿eres Dios?— preguntó lo primero que se le vino a la mente.
Namjoon soltó otra sonora carcajada — No soy ese Dios en el que piensas, soy más como mmm no sé un ente que trabaja fuera de la sección que maneja Dios y sus angelitos. Yo me encargo de buscar entre las almas que quedan atrapadas en el Limbo, las analizo y las que me parecen dignas les doy el trato de convertirse en un Yeonin-Gacha— Seokjin lo veía ahora sí, más perdido que antes y Namjoon estaba aguantando las ganas de volver a reírse de ese humano, que le recordaba mucho al alma que llevaba en ese momento en el gacha.
—No cabe duda que son almas gemelas— pensaba sonriendo, antes de volver a tratar de explicar de una mejor manera su trabajo.
—Para que me entiendas, Dios crea vida desde cero, es decir puedo crear un alma. En cambio yo, sólo lo puedo reciclar. Todas mis gachas contienen almas que ya han vivido antiguamente— explicaba mostrando el gran bolsillo de su gabardina dónde se veían muchas gachas.
En ese momento un recuerdo llegó a la mente de Seokjin —¡Oh! ¿Entonces por eso Tae llevaba esas horribles cicatrices?—
—¿Cicatrices? Yo los hago perfectos, no pongo feas cicatrices que sólo dañarían mi perfecta creación— se defendió algo ofendido por las palabras de ese humano.
—Si es así, ¿Por qué tenía esas cicatrices? Se notaba que no eran frescas —
Namjoon comprendió de inmediato que debía haber sido una manifestación de la vida pasada de Taehyung, pues éste había muerto en un accidente automovilístico, que le destrozó las piernas y parte del costado derecho.
Si esas marcas habían vuelto, quizás si lo hacía volver, podrían ser permanentes.
—Eso no importa, no me interrumpas— prefirió desviar el tema, no podía decirle que era su alma gemela de quién hablaban. Eso afectaría el flujo del universo—Como decía, sólo les doy un día porque sé que si les doy más tiempo. Los humanos tienden a engañar mucho, en especial a sí mismos. En cambio en sólo 24 horas, no tienen tiempo para ello y sus verdaderas intenciones salen a la luz— Namjoon comenzó a dar vueltas alrededor del muchacho, analizándolo. Para saber si lo que haría, sería lo correcto.
—Así que, cómo fue mi falta el no haberte explicado completa la advertencia. Te pregunto ¿Amas a mi creación? ¿Amas a Taehyung?— se acercó invadiendo el espacio personal de Jin, mirándolo serio y fijo a los ojos.
—Yo…yo— Seokjin no podía responder.
Las preguntas y dudas se arremolinaban en su cabeza, haciendo que se sienta cada vez más inseguro. ¿Qué era el amor? ¿Se podía amar a alguien en un solo día? ¿Cómo saber si lo que siente es amor y no temor por quedarse solo?
Sentía un gran peso sobre él, pues de esta respuesta dependía todo.
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