Capítulo 5

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Damián.


Éramos los estúpidos más enamorados que cualquiera pudiese conocer. Éramos la envidia de muchos, y el recelo de tantos más. Adoraba a esa mujer, se había vuelto todo para mí. La conocí porque me la presentó un amigo, y de inmediato supe que quería pasar toda mi vida con ella. Tenía un carácter avasallante, desafiante y eso mismo fue lo que me cautivó. Nuestra primera salida a solas, después de varios meses saliendo con el grupo, me atreví a darle un beso y ella no lo rechazó. A la segunda salida, me invitó a beber una copa de vino y ahí nos conocimos un poco más.

Luego vinieron los meses, y por cada uno de ellos que pasaba, yo más me enamoraba de esa mujer. Alba se había convertido en mi mundo entero. Pasábamos noches completas conversando ya que teníamos gustos en común. Fines de semanas donde la cama se había vuelto nuestro refugio. Alba se había metido en mi corazón mucho más de lo que yo quería, pero lo abrí para que entrase de lleno en él. Cumplía todos sus caprichos, todas y cada una de sus peticiones. Ella cumplía con los míos. Nosotros éramos el complemento perfecto y eso cada vez se afianzaba más.

Fue una noche de verano que le pedí matrimonio...

Ella dijo: "Sí, quiero porque te amo".

No sabía que esas palabras después no significarían nada para Alba. No sabía que esas palabras después serían sopladas al viento para que se desvanecieran en el aire. Tampoco sabía que serían desechadas directo a la basura, porque más que volar por el cielo, aquellas palabras significaron un montón de mierdas que fueron botadas para mezclarse con el percolado putrefacto que yace al fondo del basurero. Eso significó para ella su propia respuesta a una sincera petición que nació desde el fondo de mi corazón.

Pero volviendo al comienzo...

Después de tener una boda que cualquiera quisiera, y una luna de miel de ensueño, pasábamos juntos gran parte de nuestros días, ya que solíamos trabajar en casa por decisión de los dos. Pronto, ella me comentó que deseaba tener su propio espacio, poder contratar gente y así dar a conocer su profesionalismo. Era directora de marketing. Hasta que encontró donde poder abrir su empresa y siempre la apoyé porque ese era su sueño. Luego me tocó a mí, me llamaron de la editorial por la cual tanto tiempo esperé.

Así mismo fue como comenzó a desmoronarse lo nuestro...

O eso era lo que creía...

Una tarde, me llegó una invitación doble para asistir a un evento donde sería lanzado un nuevo libro. Alba estaba muy contenta, ya que era un acontecimiento de gran envergadura. Ahí habría muchos críticos reconocidos, varios escritores famosos y ese era el paso que necesitaba dar para entrar en aquel reducido círculo. Alba fue quien me animó, si bien yo era medianamente conocido, esa era la oportunidad para serlo aún más y así codearme con más gente, sobre todo, con los más influyentes. Ella sabía que yo siempre aspiraba a más y, por supuesto, esa vez no fue la excepción.

Hacía muchísimo tiempo que no me sentía tan ansioso por algo, es que era una cosa impresionante. Estaba lleno de autos, había un montón de gente que me era completamente desconocida. Alba, a la cual llevaba de la mano, me apretó los dedos porque nuestra conexión era tan intensa que percibió de inmediato lo nervioso que me encontraba. Me detuve antes de entrar al salón principal, la miré y ella me estaba sonriendo, eso me calmó. Alba siempre lograba calmarme. Pero cuando la besé, sentí que todas mis sensaciones se habían ido de paseo y me di cuenta debía disfrutar.

Solo disfrutar...

Anthony, un tipo reconocido por escribir novelas eróticas, se encontraba entre las personas que me habían presentado. El hombre tenía un carisma que cualquiera quisiera, también mi ojo clínico me dijo que era un pervertido redomado y sin remedio. Quizás eso mismo hizo que sus libros fuesen tan vendidos y tuviesen una excelente crítica, tanto por el medio como por la gente que lo leía. Yo tenía uno de sus bestsellers, pero todavía no lo había leído. No obstante, debido a su personalidad, me había entrado la curiosidad de saber que tenía para decir. Antes me habían pedido leer ese tipo de literatura, pero no me llamaba la atención en absoluto. En ese instante sí, y todo por ese hombre Anthony.

Dulce destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora