The Prodigal Daughter

Chapter two

La energía en la cocina era una mezcla de todo lo que en ese momento los integrantes de la familia Lacroix sentían. Por un lado estaba la notable alegría de Minnie, quien con una amplia sonrisa le preparaba el desayuno a Delphine, pues según ella, su hija tenía que recomponerse porque la veía muy delgada. Por otro lado estaba Leroy, que se mantenía sentado en silencio, pensativo, con sus ojos posados en la menor, seguro con miles de preguntas que Delphine sabía que en algún momento debía responder, pero no ahora; acababa de regresar a casa luego de pasar por tanto, que estaba agotada tanto mental como físicamente.
Y por último estaba Bash, su hermano mayor, que no paraba de hablar sobre el increíble trabajo que tenía en un restaurante del barrio francés, y Deli se preguntó el porqué si le iba tan bien, aún seguía en casa. A fin de cuentas tenía ya veintiséis años, lo más normal sería que hubiese buscado su independencia... pero luego se recordó que ella se había marchado tres años atrás sin decir nada, dejando a Minnie con el corazón roto, probablemente Bash se había quedado para no aumentar la pena de su madre.

─¿Y Aisha? ─Preguntó la joven de pronto al percatarse de que no había visto a su hermana desde que llegó hacía ya una hora, ¿se habría mudado? ¿Casado tal vez? No sería una sorpresa; Aisha era una morena realmente hermosa, que a sus veinticuatro años seguro había llamado la atención de mil y un hombres.

Minnie dejó de batir los huevos y se giró para prestarle toda la atención a su hija adoptiva.

─Se acostó tan entrada la madrugada haciendo un trabajo de la universidad que debe estar dormida todavía. No te preocupes, en cualquier momento despierta y se alegrará mucho de verte.

En ese instante unos pasos se escucharon cerca de la cocina y sólo fue cuestión de segundos para que la delgada y morena figura de Aisha Lacroix se divisara cruzando por el umbral. No dijo nada, ni siquiera se detuvo a reparar en Delphine, fue directamente al refrigerador y sacó una caja de leche vacía bajo la atenta mirada de todos los presentes.

─¿Quién se bebió toda la leche? Saben que yo desayuno con ella.

─¡Aisha! ─La regañó Minnie.

─¿Qué, mamá?

─Tu hermana regresó, está de nuevo con nosotros, ¿y sólo piensas en la leche que se terminó?

El silencio se instauró en la cocina. Delphine no podía apartar los ojos de su hermana, mientras que ésta por primera vez se atrevió a mirarla directamente. Pasaron varios segundos, Deli no supo con exactitud cuántos, estaba expectante a la reacción de Aisha, quien esbozó una pequeña sonrisa, pero no era de felicidad por verla allí, Delphine lo supo al instante.

─Vaya, hasta que por fin la delincuente con la que huiste te dio una patada en el culo y has decidido regresar con el rabo entre las piernas a que te recojamos de nuevo.

─¡Aisha! ─Esta vez fue Leroy quien la reprendió.
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   › 𝟓 𝒚𝒆𝒂𝒓𝒔 𝒂𝒈𝒐.
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─Esto es una mierda.

─No es para tanto, Deli, sólo son plantas.

─No me refiero al hecho de que nos mandaran a buscar estas estúpidas plantas al pantano, Cleo, literal lo que está justo a tu lado es mierda. ─Delphine rió a carcajadas cuando su amiga dio un brinco para alejarse de una masa marrón que estaba segura no era mierda, pero sí se parecía mucho.

─Dios, esto es asqueroso. ─La expresión en el rostro de la joven hizo que la rubia ríera más fuerte hasta el punto en que llamó la atención de un grupo de mujeres que en ese momento pasaba por allí. Cleo al percatarse de eso, le dio un puñetazo a su amiga en el hombro para que se callara. El pantano no estaba tan lejos del vecindario en donde ambas vivían, pero no era un lugar seguro si se estaba sola. Las únicas personas que solían merodear por allí eran las estudiantes como ellas que debían buscar plantas estúpidas para un trabajo de biología, o las que se escondían entre los árboles para fumar o meter quien sabe Dios qué droga; en definitiva ese grupo de mujeres no eran estudiantes buscando aprobar biología