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No me resulta posible concentrarme en nada y mañana rindo dos parciales. Ella me alienta, me lee, me hace preguntas sobre lo que debo estudiar pero no puedo responder.

¿Alguien vio Deadpool? Específicamente la parte en que a él le diagnostican la enfermedad y mirando a Vanessa dice algo como "... yo solo la miro y memorizo los detalles de su rostro como si fuera la primera vez que la veo. O la última", y yo me siento así, como él, solo que mi Vanessa es la que tiene el cáncer, o dos cánceres mejor dicho, que me la matarán en cualquier momento si no hacemos las cosas bien, y no me refiero a nuestro hijo, sino al virus que complica sus posibilidades de defensa y la mantiene vulnerable.
Ahora viéndola detenidamente puedo notar que está más delgada de lo habitual y su rostro tiene ojeras, por lo que se me ocurre preguntar si los síntomas que mencionó el doctor realmente no los tuvo nunca.

-"Siempre fui de contextura delgada y las irregularidades menstruales, estreñimiento, hinchazón, fatiga, etc, pensé que se debían al estrés de lo cotidiano, no les di importancia."

Al médico le dijo que no había sentido absolutamente nada y se lo recuerdo.

>>"No sé, amor, no me pareció relevante."

La miro con desaprobación y me da una disculpa, luego me sonríe y pregunta imitando el tono en que lo hace el personaje que mencioné:

>>"¿Dónde está Francis?"

Mi sonrisa de par en par. Nos conectamos de una forma perfecta. Me enamoro cada vez más.

Tengo curiosidad por la opinión de su psicólogo.

-"Lo mismo que vos, seguramente."

Sostenemos las miradas.

>>"Que soy joven y puedo seguir con mi vida; que habiendo tan pocas posibilidades de subsistir, perder ambas vidas es..."

Antes de empezar un noviazgo estábamos hablando hipotéticamente sentados en el pasto de la plaza Italia, de como nos gustaría formar una familia. Yo quería avanzar en la relación pues en ese entonces aún éramos amigos. Recuerdo que ella me dijo que quería adoptar a un niño, y ahora creo que eso es: podemos ser padres adoptivos.

Mientras yo vuelvo de mi flashback ella continúa hablando.

>>"... me lo dijo con sus palabras de profesional, por supuesto, pero la conclusión es la misma: que realice la operación. Que lo aborte."

Le cuento lo que recordé. Me extraña su expresión, es como si le hubiera desbloqueado un recuerdo. Cuando termino de hablar hace el típico gesto característico en ella de mirar hacia un costado para pensar, y luego asiente.

Nos quedamos en silencio, cada uno escuchando su propia mente.

Esa misma noche despierto y no la encuentro a mi lado, estaba en el suelo del baño inconsciente y derramando mucha sangre.

En la guardia del hospital llamaron de urgencia a los doctores Martinez y Gerez que me dicen en tono indiscutible que si no firmo la autorización para operar podría no volver a verla, y que lamentan desilusionarme sobre mi deseo de ser papá.

Marco el celular de su madre y me reúno con ella en el buffet de la institución. Siento alivio de no estar solo, esa mochila resulta muy pesada para mi. También llegan sus dos hermanas y su mejor amiga, que me reprochan no haberles contado nada antes, pero al mismo tiempo, lo entienden. Mi suegra no llora, me ayuda eso, y decidida toma los papeles que traen los doctores en mano y me extiende una lapicera. Los firmo. Mi esposa es mayor de edad, y no entiendo por qué la firma mía, pero no viene al caso en definitiva.

Mientras la operan pienso en mil maneras de pedir perdón a ese bebé que no va a nacer y lloro, lloro fuerte.

Cuando todo acaba ella no quiere recibir a nadie en su habitación. Hacemos vigilia esperando que nos permita ingresar a verla, pero solo lo logramos cuando le dan el alta médica. Ella no le dirige la palabra a ninguna persona.

Tú, por sobre todas las cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora