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Por supuesto que me tomo una ducha primero, el agua ayuda a bajar los pensamientos negativos y re-enfocarme. Me miro al espejo soltando el aire y voy hacia donde está ella.

Estamos sentados en nuestra mesa redonda del comedor. Ella apaga el horno y se dispone a hablarme.

-"¿Por dónde preferís que empiece?"

Le hago un gesto con las manos que fácilmente interpreta. Es que me resulta indistinto que punto aborde primero en tanto explique, y también porque sé que prefiere siempre empezar por donde empezó antes, es decir, seguir el mismo hilo que dió comienzo al debate, no sé si soy claro.

>>"Supongo que querrás saber si yo tenía conocimiento de que padecía el virus y cómo lo contraje... pues no, no sabía, y puede que lo segundo lo sospeche."

Suelta aire y arruga la frente, creo que está apenada. No, está buscando las palabras correctas. Eso es, siempre lo hace mirando hacia un costado, como si de ahí le vinieran.

>>"Sospechaba que lo tenía pero no estaba segura, tenía miedo de hacerme los análisis, no es algo que salga a la ligera.
Hace muchos años estaba de novia con un chico que creo que era portador aunque nunca tuve la certeza, y mi sospecha empezó por un comentario oscuro de su padre, que lo hizo de maldad porque nunca le simpatice. Tiempo después me llegaron rumores que aumentaban mi temor y duda, pero jamás había sido valiente de saberlo directamente por un estudio médico.
Fue algo difícil para mi sobrellevar todo esto. Tuve muchos miedos y me consideré contaminante. También estuve muy enojada conmigo misma por haberme dejado contagiar y por no haberme animado tampoco a hablar con él, ni con nadie, sobre esto."

Abro mis ojos y aprieto los labios con la vista en la mesa. Considero que no hay nada que decir, así que le hago otro gesto y entiende que quiero saber de mi.

>>"Con vos quise ser diferente, me refiero a como fue él conmigo."

No, no entiendo y mi mirada se lo dice.

>>"Siempre quise, y quiero aún, cuidarte, y lo hago lo mejor que puedo".

Creo saber por dónde vamos.

>>"Amor, vos sabes que te obligo autoritariamente a usar condón cada vez que tenemos relaciones sexuales, es una norma estricta. Esa es mi forma de cuidarte en este aspecto. También cuando me corté la mano y no te dejé jugar a ser enfermero y curarme, vos no entendiste por qué me encerré en el baño, tenía que frenar el sangrado y mantenerte lejos en tanto durara. No quise ser grosera, lo siento."

Ambos hacemos una pausa para cambiar el aire y me sorprende de golpe:

>>"¡Ni siquiera lo hacíamos estando muy mojada! Me aterraba que tuvieras contacto con mis flujos vaginales, y sí, me gusta el sexo oral pero vos no vas a pasar tu lengua por ahí, y ahora sabes por qué."

Se me escapa una risita, estoy nervioso, y ella también sonríe.

>>"Hacete vos también los análisis de sangre para saber si cumplí o fallé, sos libre y es tu derecho, pero no me odies por eso, yo me esforcé por no perjudicarte siendo muy cuidadosa, eso para mi es muy importante."

Cenamos sin mediar más palabras. Pienso que los dos consideramos que por ahora eso es suficiente.

Limpiamos y nos vamos a dormir. Creo que aun tengo mucho que pensar y procesar y me falta información, así que ¿espalda con espalda está bien?, no sé, pero me siento incompleto y necesito tiempo. Tiempo y espacio que me da sin problemas, eso de comprendernos es lo que nos mantiene unidos... puede ser.

Me despierto a mitad de la noche. Su rostro relajado me hace sonreír, ¡es tan linda! Le acaricio las mejillas, ¡yo amo a esta persona! La envuelvo en mis brazos y me duermo otra vez.

Tú, por sobre todas las cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora