Cuarentaicuatro⛓

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Dos horas más tarde y como lo dijo Yoongi, ambos se encontraban en la avenida principal junto al infernal frío que calaba sus anatomías para hacerlos temblar considerablemente.
TaeHyung deseaba estar acostado bajo seis mantas pero no, allí se veía, vigilando una jodida ventana.

Hizo rechinar sus dientes por lo jodido que estaba, mantener mantenerse en encubierto todo momento para no captar la atención de Jimin aunque él nombrado ya le había visto apenas llegó él, tener un reloj que marcaba la hora donde aparecería el tipo.

Se sorprendió así mismo disfrutando un poco de esto, pero rápidamente quito cualquier pensamiento tan psicótico como el que acababa de tener.

Ahora entendía lo que Yoongi hacía todas las noches, mentís descaradamente diciendo ir por alguien para follar y lo único que apetecía hacer era atormentar a la que iba única persona que se puso de su lado cuando toda la Universidad sintió asco por su persona, no era algo que el mismo Min no supiera, él sabía muy bien cada uno de los sentimientos que tenían los estudiantes más si, no le llevaba el mísero apunte.

Yoongi se encontró del otro lado de la vereda esperando la jodida señal que debería darle, en verdad que no quería hacerlo, pero tenía que, debía, debía, debía...Aún no entendía el afán del pelinegro por no llamarle a la Policía, pero conociendo las leyes de Busan... Podrían ir al jodido lugar cuando todo hubiera pasado, no, la policía no era una opción muy agradable y menos de ponerla en primer lugar.

Cuando notó que Jimin dejo de lado su obsesión por mirar hacia la ventana, mordió su labio arrepintiéndose por lo que haría.

Miro a Yoongi quien esperaba una señal, un asentamiento de cabeza fue lo único que recibió y eso bastó para que el pelinegro hiciera de las suyas nuevamente.

Quiso llorar cuando le vio entrar tan ágilmente y a los minutos los gritos de horror que salían de la garganta de Jimin.

Yoongi se alimentaba del temor y pavor de los demás, amaba hacer sufrir a las personas, amaba verles temblando por su sola presencia y que le pícara los sesos el no saber qué haría, en todo su sistema había morbosidad y pura maldad.

Algo que TaeHyung no lograría entender ni por la justicia.

Jamás lograría entenderle.

O quizás...Tal vez podría entender solo una diminuta parte de su comportamiento...


Mientras TaeHyung jugaba con su nuevo carro, Yoongi le miraba con añoranza, ese juguete que había concebido el castaño era el que tanto quería el pequeño de los Min, le había visto por televisión y quedó encantado con el.

Pero como siempre, Junhyun le daba con los primeros gustos a su único hijo, pero no podía dejar de lado a su otro tesoro que era Yoongi, aunque no podía hacer saber al mundo que aquel precioso muchacho de orbes tan lindos y resplandecientes era su hijo, le llenaría de regalos, al menos podría compensar lo mal padre que estaba siendo con el menor.

Al momento de recibir dicho obsequio, lo único que pudo hacer Yoongi fue abrazarle fuertemente mientras repetía reiteradas veces un «gracias» Ileno de amor y empatía por su tío, él era el único que cumplía dichosos y muy raros caprichos que Yoongi tenía.

Pero aquella alegría se fue por la borda cuando HyeSung lo tomo por los cabellos para tirarle hacia atrás mientras ambos primos jugaban tranquilamente, TaeHyung río cuando notó lágrimas en los ojos del pelinegro.

Lo único que pudo hacer Yoongi fue pegarle un pequeño empujón mientras corría hacia adentro, el castaño no quiso quedarse en las suyas y con falsas lágrimas, fue hasta sus padres donde también estaban sus tíos para acusarle de algo que era totalmente falso, Yoongi no le había arañado y mucho menos roto su carro.

Lo último que vio fue como el pequeño del clan Min era arrastrado hasta su cuarto mientras gritaba que él no había hecho nada, lágrimas corrían por Taehyung mientras sonreía por la pequeña travesura que causó.

Lo que no sabía es que, ese era el comienzo del infierno para Yoongi.

Quien recibió una paliza por parte de su padre y quedó en las oscuras de su cuarto mientras era encerrado por ser un mal primo e hijo.

Como siempre, Yoongi pagaba el plato de cosas que no hacía o eran echadas en su contra.

Él no sabía defenderse y, no tenía como.

Desde el minuto cero en la vida, fue marginado por su padre.


















Espero y les gustará





















































































《Psicópata》yoonmin © Adaptación [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora