Treintaicinco🔪

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Yoongi entró a la casa de YoungMin como si el diablo fuera parte de su persona, aunque muy lejos no estaba le habían partido su cara y hasta le dolía como el infierno su pierna.
Estaba harto de tanta mierda que tenía por vivir día a día.
TaeHyung le iba a conocer, estaba más que seguro.

-¡oh Dios mío! ¿Que sucedió contigo? - YoungMin llegó hasta él con intenciones de verle mejor sus heridas pero algo no andaba bien en Min y ella no lo noto.

Su respiración estaba más que acelerada y gotitas de sudor caían por su frente pegándole los cabellos, podría decirse que su cuerpo temblaba gracias a la tensión acumulada.

-...Yoo... ¡Ah!- Gritó con horror al sentir como el menor la tomaba de sus brazos mientras ejercía una fuerza abismal y podría decirse que sintió sus huesos sonarse.
-¿Que sucede? ¡Suéltame!

La rubia lo miro a los ojos por primera vez y estaban estaban inyectados de sangre, pero no parecía haber Ilorado. Para nada.
Parecían ser unos ojos de muerte segura junto a un sufrir interminable.

-¡Maldita sea en la hora que decidiste tener a TaeHyung! ¡Tú hijo me hace la vida de cuadros! -Escupió acercándola hasta rozar sus narices.
-Pero lo pagará...Claro que lo hará - Su tía comenzaba a tener miedo, parecía desquiciado y fuera de órbita.

-Escúchame, ¿Si? Podemos arreglarlo ... Vamos a-a hablar, po-podemos hacerlo sin ningún problema - Su voz tan quebrantada le daba indicios del miedo que tenía.

Algo que nadie debía hacer con Yoongi, nadie debía mostrarle temor.
Él sabía cómo aprovechar eso para hacerte la vida un poco más jodida.

-¿Me tienes miedo, mamá? - Murmuró, ella negó. -¡Claro qué sí!- Y lo próximo que hizo fue tirarla al suelo.

Un chillido de dolor le llegó hasta sus oídos, tan fuerte había caído YoungMin que su mano derecha se lastimó, teniendo miedo por su vida, su cuerpo decidió no responder a ningún tipo de advertencia que ella mandaba con su mente, comenzó a arrastrarse al momento de notar como Yoongi caminaba hacia ella con sus puños cerrados y con claras intenciones de no hacer el bien, sino, el mal.

El pelinegro destilaba miedo si estaba callado, sus ojos eran la ventana de su alma y allí no había nada, ni siquiera compasión por la otra persona.

Yoongi era un arma mortal convertida en humano.

YoungMin grito de dolor al ser sostenida por sus cabellos mientras era arrastrada a la oscuridad de la casa...

<...>

TaeHyung abrió la puerta con su llave y se extraño al notarla tan oscura y silenciosa, lo que su madre no era.
Las luces de toda la casa siempre estaban prendidas mientras se escuchaba un parloteo.

Supo que algo andaba mal.

-¿Mamá? - Lo único que recibió fue un silencio abrumador. -¿Mamá?-

Comenzó a caminar rápidamente por la oscuridad llevándose por delante varios muebles y maldiciendo hasta al mejor Dios.

-¡Mierda!- Gruñó cuando su pie golpeó la mesada carbonatado. -¡Mamá!-

Un grito de fémina lo alertó y como si supiera de donde provenía, corrió hasta la cocina siendo continua de una pequeña pieza donde guardaban basura. -¡Mamá!- Él mismo podía escuchar sus latidos, se sintió abrumado y descolocado por lo que estaba sucediendo.

-¡Mamá! ¡Dios mio! -Cuando TaeHyung la encontró sintió su mundo caer.

Su madre estaba atada a una silla con sus pelos desparramados, un corte adornaba su mejilla mientras que pequeños lo hacían por sus brazos y cuello, agradecía que no fuera más allá para llegarle a la yugular. No quería verla muerta.

《Psicópata》yoonmin © Adaptación [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora