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Era un nuevo día en el universo Prime, nuestra Nathalie, alias, la Duquesa del Multiverso, se preparaba para comenzar un nuevo día, peino su cabello, acomodó su traje y partió en dirección a la mansión, para escabullirse y tratar de obtener nueva información sobre su condición y nuevas pistas sobre lo que pasaba me este mundo.

Al llegar, como si fuera obra del destino y por desgracia se encontró con Adrien, este la saludo gentilmente y luego abordo el auto familiar, el cual conducido por el Gorilla, lo llevaría hasta su instituto en donde toma sus clases como el resto de los chicos de su edad.

Por su parte la Nathalie de este universo, recién se despertaba, sería un nuevo día en la prisión de su habitación, Gabriel le tenía estrictamente prohibido abandonarla o sobre esforzarse, de ser la jefa de la mansión, paso a dormir todo el día y hacer dibujos en las hojas vacías de la vieja agenda que usaba, antes de tener su tableta, ni siquiera sabía porque guardaba esa antigüedad, pero aún la tenía, y fue su salvación en estas horas de suplicio.

La mansión Agreste está en completo silencio, ya era silenciosa, pero en los días de antaño podían escucharse los tacos de la secretaria por los pasillos, los nuevos días habían borrado aquel característico sonido, con la salud de Nathalie en estado delicado, el diseñador tomo medidas desesperadas, y eso incluyo hacerse cargo de todo sin la asistencia de su más leal aliada.

La Duquesa recorría con sigilo los pasillos, se había quitado los tacos para no hacer tanto ruido, recordaba como Gabriel podía oírla moverse sin siquiera levantarse de su silla en el atelier, asique fue lo más precavida que pudo.

─¿¡Nathalie!?─ se oyó decir a una voz detrás de ella, a la mujer la recorre un escalofrío, hecho a perder toda la operación ─¿Que haces levantada, y descalza?─ hace una pausa, acto seguido la azabache siente como una mano se posa en uno de sus hombros ─¿Te quitaste los tacos para que no te oiga?─ la gira ─Dejame cuidarte Nathalie, debes descansar

─Ya descanse señor─ replicó bajando la mirada

─No importa, las heridas del miraculous fueron grabes en ti, usaste toda tu energía, debes reposar hasta que tú tos se vaya y recuperes todas tus fuerzas─ la toma de ambas manos ─Vamos, te llevo─ de un rápido movimiento la toma en brazos, esto se salía de control

─Puedo caminar, no hace falta.

─No debes agitarte, deja, no me cuesta nada─ emprende el viaje a la habitación

En su mente la Duquesa pensaba que hasta aquí había llegado, en el momento que el hombre atraviese la puerta de la habitación con ella en brazos todo se iría por el drenaje, debía pensar bien en lo que tenía que decir y hacer, podría inventar que era un Sentimonstruo, era una buena excusa pero su otra yo no seguiría con la coartada, o aún peor intentaría eliminarla sin éxito alguno; pérdida en sus pensamientos no se dio cuenta que ya estaban a pocos centimetros de la habitación, el hombre abre la puerta y entrá, la de lentes cierra los ojos.

─Procura no salirte─ la acuesta y la tapa ─Hablo enserio, no me obligues a decirle a Gorilla que te vigile

─Lo prometo─ revisa la habitación, no había señales de su otra yo, aunque el marcapasos seguía monitoreando, el cable iba hasta el baño

─Bien, cualquier cosa me llamas, como acordamos─ se gira y se va, cerrando la puerta fuertemente

─¿Señor es usted?─ se escucho decir desde el cuarto de baño, Nathalie se destapa y sale de la cama ─Estaba tomando una ducha─ la puerta se abre, la Duquesa se tira al suelo y se esconde debajo de la cama ─¿Señor?─ la ejecutiva camina fuera del baño, tenía puesta su pijama y una toalla envolvía su cabello ─¿Me estaré volviendo loca?─ se acerca a la puerta, mira el pasillo y al verlo vacío, la cierra y se encamina a la cama ─Juraria que escuche la puerta─ se tapa ─Estoy harta de dormir─ se siente como se ríe ─Si hablo sola quiere decir que ya estoy loca─ abre un cajón y toma la agenda para empezar a dibujar ─Es mí última hoja─ toma su celular y marca un número, la habitación queda en silenció ─Señor, perdone que lo moleste, ¿me podría traer hojas blancas?. . . .son para dibujar, estoy aburrida─ suspira, luego cuelga

En cuestión de minutos Gabriel entra por la puerta algo alborotado con un manojo grande de hojas, se encamina a la cama y se las entrega a Nathalie, también le trajo una pequeña tablilla para que pueda apoyarlas ahí y pueda dibujar mejor.

─¿Ibas por eso?─ pregunto tranquilo

─¿Cómo?.

─Si buscabas hojas recién. . .

─¿Recién?.

─Si, cuando te traje─ musitó confiado

─¿Traerme?─ lo mira ─¿De donde me trajo?

─¿Juegas conmigo?.

─Claro que no señor.

─Recien te traje del pasillo, ¿estás bien o olvidas cosas?.

─Para lo único que salí de esta cama fue para tomar una ducha─ replicó

─Nathalie te encontré en el pasillo hace unos minutos, estabas descalza yendo a algún lado─ la inspecciona y se percata que cambio su traje por el pijama

─¿Usted está bien?, le digo que no salí de aquí.

─Algo anda mal─ se acerca y se sienta en la cama

─¿Que cosa?.

─No lo sé, juro que recién te traje del pasillo, pero tienes el cabello mojado y no puedes haber tomado una ducha de apenas unos segundos.

─¿Sera obra del miraculous?.

─Tal vez lo repare mal y ahora hay copias tuyas por la casa.

─¿¡Sentimonstruos con mí cara!?─ dijo con temor ─Adrien ayer me preguntó 'cuando volví', fue extraño me hablaba como si me hubiera visto afuera, tal vez si haya Sentimonstruos míos libres por la casa

─Debo solucionarlo entonces─ se levanta ─Jurame que no saldrás

─Lo juró.

Después de esa breve charla y presunta suposición, el diseñador abandono el lugar, Nathalie se recostó, suspiro pesadamente y cerró sus ojos, toda esta información la canso, la idea de tener copias suyas dando vueltas por París la aterraba, en cuestión de pocos minutos se durmió, y la Duquesa aprovecho ese momento para escapar de la mansión; había sido descubierta, ahora debía cambiar su estrategia o haber venido a este mundo ya no tendría sentido.


Miraculous: VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora