8. "¿Horacio?"

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- ¿Alguna vez te han dicho lo bonito que tienes los labios?

Al rubio se le puso la cara totalmente roja. Al igual que al más mayor al darse cuenta de lo que acababa de decir

¿Quién diría que dos tipos tan "duros" les diera vergüenza unas simples palabras?

Y hablando de palabras, el de pelo negro recordó lo dicho por Horacio "Superintendente. Bésalo ya joder. No esperes más."
Y estaba dispuesto a ello.

No sabía cómo besarlo, pues le daba miedo que el rubio no le correspondiera. Es lo único que frenaba.

El menor moría de vergüenza por lo dicho por su jefe...

¿Labios bonitos?

Joder, jamás se había fijado de ello en el espejo.

Tan nervioso estaba que sólo pudo decir una palabra, y en un sususrro involuntario.

- Jack...

Y ahí estaba el empujón que necesitaba el mayor para acercarse a Gustabo y darle un pico. Le volvía loco que le llamara por su nombre, sonaba tan jodidamente bien desde su boca...

Solo fue un corto beso en los labios para ver si el más pequeño se alejaba, cosa que no hizo.
Juntaron sus frentes.

- Jack, yo nunca... No sé cómo...

- Capullo, sólo es un beso joder.... No creas que te voy a matar si no lo haces bien.

- Coño, me da miedo hacerlo mal y quedar en ridículo, viejo decrépito...

Aunque no lo parezca, estaban aún con sus frentes juntas y susurrando.

- Nadie en este jodido planeta se reiría por algo así, anormal, sólo déjate llevar...

El rubio asintió levemente.

Conway se acercó más al rubio, rozando sus labios
Mordió levemente el labio inferior del menor para que abriera un poco su boca. Gustabo entendió el mensaje y con el corazón a mil lo hizo.

Jack comenzó a besarlo suavemente, abriendo y cerrando su boca sin poner demasiada lengua para no ir demasiado rápido.

A los segundos era Gustabo el que siguiéndole el rollo introdujo más su lengua en el beso.

Su superior se sorprendió agradablemente con esto e hizo lo mismo.
Haciendo que en el beso comenzaran a pelear sus lenguas. En la guerra, obviamente estaba ganando el de mayor experiencia.
Pero el rubio no estaba muy atrasado.

Gustabo se sentó encima de su jefe para continuar con el beso. Colocando sus manos en los hombros del ojimarrón, y este colocó sus manos en la cintura del rubio.

La situación romántica se fue toda a la mierda. Ahora mismo estaban más calientes que pinocho en ikea.

Finalmente se separaron porque al rubio se le olvidó respirar.

¡Eres un capullo! Pero te quiero... - IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora