17. Fiore di loto

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Todo había comenzado diecisiete años atrás.

Aunque fuera casi imposible de creer, los La Porta y los Bernardi eran familias hermanas, los líderes de estas habían crecido como hermanos, literalmente, hacían todo juntos, y como familias, se apoyaban en todo movimiento que decidieran hacer.

Uno de estos, fue su viaje a China. Aquel viaje que comenzó con su enemistad.

Lo único que tenían que hacer, era robar un empaque que técnicamente había sido robado primero, y volver sin que nadie lo notara, aquello no solo mejoraría su estabilidad, sino, que hasta podrían ser las familias principales, tal vez, hasta por primera vez en la historia, teniendo dos "capo di tutti" dentro de il calcolo della morte. Pero, aquello no seria sencillo, la situación era tan peligrosa, que era exageradamente secreta, solo los jóvenes líderes, su mano derecha de cada uno (sus respectivos consiglieres) y sus esposas iban, y sabían de la misión, las demás familias creían que se habían ido de vacaciones juntos, algo normal en realidad.

Así que apenas dieron las tres de la tarde, tomaron el vuelo en el jet privado de los Bernardi.

 Uno de los principales problemas que aún con el paso de los años, sigue sin cambiar. Son ciertos aspectos en las familias, aunque son varios, se pueden nombrar los tres principales, 1. Son muy religiosos, 2. La familia es lo más importante, y la tercera y probablemente la más importante, 3. Son muy, muy, muy supersticiosos.

Aquello influyó bastante en aquel día que ninguno quería recordar, pero que cambió completamente sus vidas.

Apenas habían llegado al enorme país, cuando se separaron en el hotel, cada familia a sus respectivas habitaciones, y por si alguien les estuviera siguiendo o vigilando, tuvieron una comida en la ciudad juntos, todo parecía marchar de forma perfecta, no parecía haber curiosos cerca ni algo que pusiera las cosas en riesgo, además, que planeaban que la misión fuera rápida, aquello no quitaba que pareciera que estaban de vacaciones, por si las dudas tenían que fingir, así que el primer día solo fue comer en la ciudad y hacer algo de turismo.

El segundo día, las signoras dei fiori salieron solas, junto a la mano derecha de los Bernardi, los líderes se quedaron a planear su misión juntos.

Las dos exageradamente preciosas mujeres, caminaban con su brazo enrollado en el de la contraria, y conversaban entre risas acerca de sus hijos, Alessandro apenas cumplía tres años el mes siguiente, y Martia La Porta le contaba acerca de su fiesta de disfraces a Isabella Bernardi, la castaña no pudo evitar contarle que Sony le había insistido desde dos semanas atrás que lo llevara a comprar regalos para el rubio, y que llevaban más de cuatro que el infante consideraba le gustarían al niño más joven, la rubia incluso le prometió que al volver irían a visitarlos, Alessandro apenas sabía hablar pero ya se había aprendido el nombre de su amigo mayor.

Pudo haber sido curiosidad, o el propio destino, que las dos antes de ir a comer, se encontraron frente a una enorme casa de adivinación, ninguna hubiera hecho caso, de no ser porque la señora frente a ellas, hablaba italiano fluido, y como la superstición vivía en la sangre de las italianas, no pudieron negar que aquello, "fue el destino", y tenían que entrar, fuese cual fuese el resultado. 

Apenas se sentaron frente a la mesa, la mujer de aspecto extraño y que daba ciertas vibras extrañas comenzó a hablar. Su tono de voz era tétrico, la piel de las mujeres se erizó ligeramente, incluso el aroma era extraño parecía oler a viejo y putrefacto, como la sangre podrida y ropa con años sin lavar, además de a humedad. La mujer se veía aterradora, tenía un ojo completamente blanco, y manchas cafés por el rostro que parecía darle la apariencia que era ella la que estaba podrida. Ambas mujeres notaron que entrar había sido mala idea, más aún, cuando comenzó a contarles de su futuro, por supuesto que no le creyeron, menos cuando la mujer habló acerca de la pérdida de sus hijos, hablaba con tanta seguridad, que la duda se coló entre los huesos de las jóvenes italianas, incluso una incómoda sensación presionó su pecho, la rubia ni siquiera esperó a que dijera algo más, se puso de pie dispuesta a irse cuando la señora habló de nuevo.

SAVAGES (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora