Capítulo 32

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Edelyn

"Todo debe hacerse lo más simple posible. Pero no más sencillo"
Albert Einstein

Mire la hora en mi celular un tanto preocupada al no observar ninguna señal de Zulema, la preocupación crecía a medida que el tiempo avanzaba, ella siempre era una personal puntual de hecho demasiado así que el tener un retraso de más de diez minutos me era un tanto inquietante.
Pensé en llamarle más de una vez pero no estaba del todo segura si ella contestaría el teléfono, solté un largo suspiro para finalmente comenzar a marcar su número de teléfono pero me detuve al observar un auto conocido, este se estacionó frente a mi y note como el vidrio bajó lentamente.

— Princesa, ¿que haces aquí sola?

—Creo que la pregunta correcta es, ¿por qué llevas todo eso?

—¿Papá? ¿Mamá? ¿Que hacen aquí?

—Responderemos cuando tu respondas primero—mencionó mi madre quien me miraba de pies a cabeza.

—La verdad es que yo...

—Tenemos un gran retraso y todo es por tu maldita culpa—escuche a la lejanía a Zulema, gire para verla bajar de la motocicleta de Lemmy para luego verla arrojarle el casco—. Novata tenemos que irnos, la inspección será pronto y no podemos perder ni un segundo más.

—¿Novata? —interrogó mi madre.

—¿Amiga tuya? —preguntó papá.

—Mamá, papá, ella es Zulema, es amm..

—¿Tus padres? Genial, ellos pueden llevarnos, es mucho más seguro y cómodo que una motocicleta.

Zulema no espero a que respondiera o dijese algo, solo abrió la puerta y me subió dentro del auto para después subirse ella, mi padre nos observó un tanto confundido para después cambiar su gesto por sorpresa pues Lemmy abrió la puerta pero antes que pudiese decir algo Zulema le golpeo el rostro para volver a cerrar la puerta pero esta vez colocando el seguro.

—Consejo del día novata, si un idiota te molesta romperle el rostro, no tengas miedo de mandarlo al hospital.

—Me agrada la chica —comentó mi padre mientras colocaba el auto en marche.

—¿Y quien es la chica, Edelyn?

—Zulema Muller, actual entrenadora de su hija.

—¿Entrenadora? —preguntó confusa mi madre.

—Hicimos un trato, a cambio de que ella concursara como señorita Distrito yo le enseñaría a tener más confianza en su misma. Es realmente ver a su chica de su clase inclinarse ante todos, debería ser poderosa e intocable pero para eso necesitará de mucho más que un entrenamiento así que me basta con dejarla como alguien decente ante los problemas

—Y exactamente, ¿que es decente para ti, señorita Zulema?

Desde mi lugar podía sentir la molestia de mi madre y la verdad es que no podía culpar la considerando todo lo que había sucedido en el pasado pero Zulema no se intimidada ante nada y al parecer tampoco ante nadie así que desafiando la mirada de mi madre desde el espejo retrovisor respondió.

—Alguien capaz de negarse ante algo perjudicial incluso si su corazón dicta lo contrario. El corazón es engañoso y los sentimientos un estorbo, es mejor actuar con la cabeza.

Un silencio se formó y podía notar como ambas se seguían observando a través del espejo y fue entonces cuando mi madre por fin sonrió por un par de segundos.

Secretos Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora