Capítulo 3

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La fiestita resultó venir exactamente con su diminutivo. Un grupo de cinco los recibió cuando dejaron la camioneta a las afueras de la estancia, la motocicleta de Jungkook en casa sin mucha utilidad como para regresar con un radiador.

El grupo saludó a Jimin con confianza y Jungkook tras él reconoció a algunos sin querer parecer su guardaespaldas y tampoco un aguafiestas. Intentaría encontrar un punto medio entre ambos hasta que Jimin le diera "la señal" para marcharse a su cometido. Señal de la que no habían hablado ahora que lo pensaba, pero Jimin era inteligente y algo se inventaría para llamar su atención (cosa que normalmente no requería de mucho de su esfuerzo).

Siguieron el camino marcado con neumáticos e iluminado por una hilera de focos amarillentos que debieron ser colgados para dar ambiente hasta las puertas abiertas, más bien tablas de madera corridas, de lo que alguna vez fue una cochera. Dentro se mantenía la misma temática de iluminación rústica que los guio, una mesa rectangular siendo de centro servía todo tipo de embutidos, quesos y pan, y debajo ubicaron las botellas de bebidas. A su alrededor y sobre el resto de la habitación más jóvenes se hacían de su lugar, un grupo al mando del estante donde un radiocasete funcionaba sin ser demasiado escandaloso. Era una fiesta de pueblo y estaba bien.

Jimin fue atraído por los que se desparramaron en cajones de cosechas pasadas, amontonados junto a un enorme árbol que proyectaba las sombras de los focos que terminaron en sus ramas, solo una chica del montón habiéndose coronado en el trono de un sillón individual sacado afuera.

Jungkook lo siguió un poco cohibido, pero se encontró con lugareños de su misma edad y entablar plática fue fácil, a la que luego le siguió otra, lo arrastraron a una siguiente grupal, pidieron escuchar su experiencia dentro de las plantaciones y una hora después estaba muy cómodo recostado contra el tronco desde el suelo, Jimin a su lado riendo y tomando una lata de gaseosa poco conocida, de esas que solo pueden encontrarse en los supermercados de un pueblo.

Cuando alguien de adentro gritó jugar a Escupe, Cuéntalo y Besa, Jungkook gimió porque había decidido pasar la noche tal y como estaba, estirando las piernas solo y cuando sea necesario para evitar calambres.

Conforme su nombre lo señalaba, se trataba de elegir la fruta con semillas que estuviera de estación, hoy por día la sandía, repartir trozos de ella, comerla y escupir cada semilla en un vaso propio. El conteo lo llevaba el líder de turno, reportándolo como lo haría un aficionado de los deportes a los demás espectadores, gritos y silbidos de fondo, para al final decretar a quiénes tuvieran el mismo o más cercano número de semillas, finalmente besándose. Siempre jugarían todos, una sola pareja ganadora, rondas infinitas hasta que la fruta se acabara.

De los reunidos bajo el árbol se pusieron de pie rápidamente tres, ya echando miradas a sus afectos, deseando ayuda de la suerte. Los que estaban en pareja se miraron entre sí, debatiéndolo, solo una animándose a aventurarse y tentar su suerte. La chica del sillón se miró las uñas y manifestó disgusto con el recuerdo de su último juego el año pasado, besando a un perdedor que no supo distinguir una jodida semilla de un excremento de rata.

El momento perfecto para escapar por el aparato que Yoongi tanto esperaba llegó a Jungkook, solo que una de las compañeras de Jimin se le adelantó y arrastró a su hermano de los brazos, objetando que no permitiría a ninguno de sus compañeros egresados quedarse fuera y dejando a Jungkook con las palabras en la boca.

Jimin tuvo un pequeño desliz para girar la cabeza y mirarlo, socorro escrito en sus ojos, lástima que la amiga de quien se lo llevaba hubiera seguido su mirada y ahora viniera por Jungkook.

- Oh no, cariño -dijo maliciosa- Carecen hombres y no dejaremos a un espécimen de las plantaciones escapar. Acompáñame por la buenas.

Jungkook rodó los ojos, hincó las palmas a la tierra y tomó impulso hacia arriba siguiéndola porque qué más daba, mientras más jugaran menos posibilidades tenía de ser uno de los besados.

Mandarinas al Sol, y Tú. [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora