- ¿Celoso? -la pregunta zumba y retumba en los oídos de Jungkook con el único propósito de empezar una cosa que se siente incapaz de controlar. La hace Pamela, por supuesto, quien sería capaz de regresar al pueblo solo para meterse bajo su piel.
La chica llegó ayer, pero desde que lo encontró en las cocinas del predio donde se está llevando a cabo el festival anual de la Navidad, se pegó a su lado con la hazaña de esconderse de su abuela y cualquier conocido que la involucre al bingo sin fin. Pamela fue su mejor amiga durante la escuela y esa es la única razón por la que Jungkook la soporta. Bueno no, en realidad ella es genial, solo un poco bocazas y demasiado espontanea para su gusto que carga un nombre con un significado lejos de identificarla porque puede ser de todo menos miel. Su familia es otra de las extranjeras aquí.
El festival no lleva ni una hora de inicio y Jungkook ya se quiere ir. Este año lo montaron en una de las propiedades de los Jung para tormento o felicidad de Yoongi. La decoración navideña sigue la misma temática de las calles, es decir, adornos hechos en base a plásticos y telas. Se prepararon lugares específicos para tomar fotos con bolas gigantes, bastones de caramelos y cajas de regalos; después fueron colgadas estrellas fugaces, moños y muérdagos por todo el perímetro. Las mesas están bajo un tinglado y la pista de baile justo frente al escenario, un Santa Claus de camisa cuadrillé, chanclas y sombrero en el centro iluminado con las mismas luces rústicas de la fiesta de egresados que debieron ser donadas. La comida y bebidas fueron a la canasta, así que hay un sin fin de alimentos y jugos para elegir.
Es una fiesta única y esperada, preparada con meses de anticipación, todo el pueblo reunido a días de Nochebuena. Niños que juegan a las escondidas o cualquier otro juego que puedan inventar, hoy los trabajadores no son más que colegas que se desconocen para pasar el tiempo con sus familias hasta que el alcohol los vuelva a juntar, mujeres que mantienen una ruta segura de las cocinas a las mesas y voluntarios que todavía se empeñan en arreglar adornos dudosos. Los más jóvenes gobiernan la pista de baile, es un hecho. Jimin es uno de ellos, dentro de un círculo de compañeros y Cunas de Oro, charlando y riendo sin parar.
Jungkook ha estado mirándolo a la distancia, sentando desde una de las mesas pelando papas en lugar de Pamela (y porque su madre se lo pidió muy amablemente (lo obligó)). Así que no tiene muchas opciones y tampoco es como si estuviera tratando de ocultar su mal humor.
No, no está celoso de esos chicos nuevos y guapos que podrían llamar la atención de Jimin ahora que sabe de su posible incursión al mundo de las parejas del mismo sexo. Ese no es el problema real. Tampoco está enojado porque Jimin la esté pasando bien, ¡despejaría la pista de baile por completo si su hermano quisiera lucirse! No. Su verdadero enojo es consigo mismo, por ser quién es. Ya ha tenido estos pensamientos, para nada son nuevos, solo que debido al secreto de Jimin no puede evitar que resurjan con más poder y lo conviertan en este ogro de celos por lo que jamás podrá tener.
Pamela tampoco tiene la culpa. No deber ser difícil seguir su mirada y conectar puntos; solo que ella no tiene ni la menor idea qué tan lejos van esos celos y qué tan fuera de lugar son. Es una emoción tan intensa la que nace dentro de él y es injusto, muy injusto, y agotador reprimir cada emoción por Jimin.
- ¿Celoso de qué? -y aún así, Jungkook hoy tendrá la táctica de hacerse del tonto porque negarlo sería imposible y lo odia.
Pamela le da una mirada torcida, dejando que un escandaloso bostezo se escuche para las señoras que cruzan tras ellos (ya debe haberse notado que no la quieren mucho por aquí) y mira sus uñas con aburrimiento real. Las tiene de un color negro y sus ojos delineados son del mismo tono, mechas de color verde saltan de un recogido desprolijo y las cadenas con talismanes más una piedra de luna complementan su outfit totalmente oscuro, para variar.
ESTÁS LEYENDO
Mandarinas al Sol, y Tú. [Kookmin]
FanfictionEs reconocida como verdad absoluta aquella que afirma que las grandes historias de amor han de sentir la necesidad de desarrollar dos posibles escenarios: 1. El camino a enamorarse. 2. La vida como pareja. Jungkook no tiene nada de eso, pero realmen...