Capítulo 12

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El arroyo sí se desbordó. Viéndolo desde la rotonda con las luces que la camioneta pudo arrastrar y la baliza puesta, mas una llovizna finamente engañosa que solo levanta frio, Jungkook alcanza la palanca de cambios indeciso y mira a Jimin.

- Deberíamos pasar la noche en casa de los Min.

Jimin se ha mostrado apacible y cooperativo desde su... encuentro. Esperó a que la lluvia se suavizara a lo que es ahora sin perder la cabeza en un sentido mental (porque la dejó caer contra el hombro de Jungkook), mirando todo el tiempo por la ventana hasta que lo oyó sugerir probar el camino muy lentamente.

Primero metieron la motocicleta dentro del galpón, cubriéndola con la lona de respuesto que Jimin sacó de la camioneta. Más tarde volvieron al vehículo cerrado y Jimin se mantuvo dispuesto a limpiar el vidrio cada vez que este se empañó. La llevaron lento entre los plantaciones de té. Tomaron el atajo del barrio El Cuarenta y después ganaron velocidad al pasar la distribuidora ya sobre ruta. Es cierto que no se cruzaron con muchos otros conductores, pero a medida que alcanzaban y pasaban la estación de servicio el desvío les hizo ver por qué. Así es como llegaron a tirarse al costado de la vía, mirando como el arroyo de los domingos familiares cubría todo el puente sin permitir el paso por ningún medio a menos hasta que el agua bajase. Lo que no pasaría dentro de unas cuentas horas.

Era el único camino para regresar a casa. Rodearlo llevaría unos setenta kilómetros hasta el próximo municipio y regresar por otros setenta no sonaba como un buen plan teniendo en cuenta que en cualquier momento la segunda tanda de lluvia comenzará a golpear. La casa de los Min, al contrario, no está interpuesta entre el pueblo y el arroyo. Serán su salvación si quieren dormir en un lugar seco y caliente porque la remera toda sucia y humedad que Jungkook se obligó a poner empieza a enfriar su estómago y Jimin no puede estar mejor con sus vaqueros rotos. Ni hablar de los restos de semen en su ropa interior... Uh, no. Jungkook no volverá a meter esa escena lasciva en su cabeza, al menos no mientras esté girando el vehículo luego de que Jimin aceptara llegar a la casa de sus amigos.

Con el doble de cuidado, toman la bajada del camino de tierra convertido en una avalancha de lodo si la rueda llegase a patinar. Jungkook hace todas las maniobras en lo que Jimin sigue cuidando la visibilidad del vidrio y sugiere los lados más favorables del paso hasta que desembocan en los campos y barrios bien conocidos. Para ser tan temprano en la noche, apenas las ocho, no se ve alma en pena merodeando por los alrededores. La tormenta se debió llevar la electricidad de la zona porque cada casa y media una vela proyecta sombras tras las cortinas. Jungkook acelera en la próxima cuadra porque el golpeteo de los dientes de Jimin lo está desesperando. Maldición, hacía más de una hora que estaba todo mojado.

Cuando las luces altas de la camioneta dan con el familiar rejado verde, Jungkook estaciona y ambos hermanos no pierden tiempo en bajar y correr a la entrada de la casa.

Jimin es quien golpea, dando una serie de saltitos para entrar en calor y salpicando gotas filosas de su cabello endurecido en el proceso. Tras él, Jungkook habría estirado su cuerpo para abrazarlo si no fuera por la rápida respuesta desde adentro y los ojos felinos de Yoongi, apuntándolos con una linterna y mirándolos sin entender.

- ¿Jimin-ah? –duda, y luego distingue a Jungkook surgiendo de las sombras en un peor estado- ¿Jungkook? ¿Qué verdammtes ding* les pasó? ¡Entren!

No fue el preciso gran alboroto del vecindario el que provocaron, pero sí lograron crear la suficiente conmoción dentro de la casa para que Taehyung bajara de las escaleras y el Sr. Min se asomara de la cocina con una lámpara de queroseno.

- ¿Dijiste Jimin? -Taehyung se salta los últimos dos escalones- ¿Por qué Jimin estaría aquí cuando afuera el mundo se va a termin- ¡JIMIN! Scheisse*, estás todo mojado y sucio y temblando de frío. Ah, y Jungkook hyung... -forzó, viendo al mayor ganar posición junto al castaño como perro sin hogar- Usted también -termina de decir.

Mandarinas al Sol, y Tú. [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora