Capítulo 11
La feria de GreentownPodría ser que el día no fuese el mejor de la semana, pero había algo que entusiasmaba a las muchachas para salir de la casa y disfrutar de aquel nublado sábado, y eso era la feria Greentown. Desde puestos de artesanías y venta de golosinas, concursos de pasteles, y tiendas de entretenimiento, era inevitable que las jovencitas quisieran quedarse en cama todo el día.
—¡Es imprescindible que vayamos a ver esa gloriosa indumentaria! —Beth señalaba una de las tiendas donde exhibían todo tipo de ropa.
—Que uses sinónimos para "vestidos" Beth, no cambia el hecho de que quieras ir a comprarlos —Kate a su lado intentaba controlar sus impulsos de malgastar su dinero en cosas innecesarias como más ropa que no era "imprescindible".
—¿Sabes para que los necesito Kate? —se detuvo a ver a su hermana intentando verse lo más seria y adulta posible—. Las chicas en mi escuela lucen las mejores telas, y yo tengo que conformarme con trapos viejos, no llegaré a ningún lado viéndome de este modo...
—No llegarás a ningún lado si sigues enfocándote en tu ropa y no en el estudio que es lo más importante —Kate siendo la mayor debía mostrar su desaprobación, y buscando apoyo en quien solía dárselo la mayor parte del tiempo, volteó a ver a su otra hermana—. ¿No he de tener razón, Elah?
La muchacha quien bien perdida estaba sosteniendo el lienzo de su pintura ni siquiera estaba siguiendo el rumbo de la conversación.
—¡Elah! —la llamó Beth en un intento de desvelarla de sus pensamientos—. ¡Estamos aquí!
Fiorelah se giró a verlas, sus manos sostenían con firmeza aquella pintura como si valiera oro y es que para ella así lo era y esperaba venderla por mucho más.
—¿¡Qué es lo que sucede ahora!? —se quejó molesta subiendo la pintura que parecía resbalar por sus brazos.
—¡Dile a Kate que sin vestidos bonitos no me quedará clase y sin clase no tendré oportunidades y sin oportunidades no conseguiré un esposo! —los puños a los costados de su cintura la hacían ver mucho más infantil de lo que sus rizos dorados la obligaban a aparentar a una niña pequeña.
Elah rodó sus ojos.
—No tengo tiempo para discusiones absurdas como esas, ahora si me disculpan queridas hermanas... —se abrió paso entre Kate y Beth—... necesito encontrar el puesto de artesanías.
Sophie llegaba con un cono de azúcar rosado en su mano.
—Miren lo que he comprado, ¿quieren compartir? Esta delicioso... —los labios de Sophie brillaban un color rosa chillón.
—Que tía Susan no te vea porque los celos la consumirán —rió Kate y sin resistirse a sus tentaciones, tomó un poco del algodón de azúcar de Sophie.
—¡Entonces Sophie puede malgastar el dinero en comida y yo no puedo hacerlo con un vestido! —se quejó la muchacha cada vez más roja a causa de la frustración que aquella situación generaba en ella.
Elah perdida en las emociones del resto de la feria, buscaba desesperadamente la tienda que necesitaba, si quería exponer su pintura debía inscribirse en la lista antes de que cierre el horario de ventas .
—Deja de ser tan caprichosa Beth y disfruta de este día antes de que termine —Kate solía ser la más madura de todas ellas, incluso que Elah.
Fue en aquel instante en que encontró exactamente lo que estaba buscando, mientras caminaban hacia el lago de los botecitos para paseos, Elah por fin pudo ver la tienda.
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𝐿𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑊𝑜𝑚𝑎𝑛
Teen FictionMargo es una de las tantas hijas del amable señor Louis Belton, ella y sus hermanas viven cada día como si fuese una nueva aventura. Sin embargo, llega el día en que al pueblo de Greentown se presenta un nuevo muchacho llamado Finniksen. Ahora las h...