Capítulo 13: "Salto de fe"

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Los dos días se hicieron una eternidad para Willow, sentía una mezcla entre mariposas en el estómago junto con un sudor congelante que recorría su espina dorsal. Es el golpe de adrenalina que sentía en el momento en que abordaron la camioneta rumbo a la ciudad donde dicen que puedes tocar las nubes, gracias a esas construcciones de acero que hacen que todo lo demás parezca insignificante, la obra del hombre queriendo alcanzar el paraíso.


Después de horas de camino y cuando comenzaron a llegar a los límites de la ciudad, Willow se sintió un poco más aliviada, la buena vibra de los integrantes de P.R.I.M.E. le habían inyectado ánimos a seguir adelante en su cruzada.


Sabía que podría ser encarcelada, pero valdría la pena si lograba dar su breve mensaje.


- ¿Qué haces? Preguntó curioso Hayden a Willow.


- Escribiendo un mensaje en mi muro, ya que aquí fue el inicio de mis ancestros en este continente y me da mucho gusto estar aquí. Respondió entusiasmada.


- Es una lástima que no tendremos el tiempo necesario para darte un paseo por la ciudad. Respondió Hayden.


- No importa, porque si no logro hacer llegar mi mensaje y que la gente cambie su forma de pensar, no habrá mucho tiempo para todos los habitantes de este planeta. Contestó preocupada Willow.


Chay como siempre en el hombro de Willow, comenzó a desplegar las alas como haciendo pruebas de que estuvieran bien para volar por un periodo largo, tal vez presentía que este día no sería nada sencillo para todos.


El transporte de P.R.I.M.E. se estacionó como a un poco más de 20 cuadras antes de su objetivo, ya que el tráfico sería insoportable y seguramente habría mucha seguridad policiaca cerrando las avenidas aledañas al inmueble.


- ¡Hasta aquí llegamos! Dijo el conductor. Aquí me estacionaré y continuaremos nuestro recorrido a pie, tenemos alrededor de una hora quince minutos para llegar a nuestro destino.


Poco a poco se bajaban los jóvenes que trataban de cambiar al mundo con sólo sus playeras, pancartas, su presencia y su voz. Cosas que a los más poderosos no les importaría mucho, pero lo que verdaderamente importaba, era que esas pocas voces se fueran convirtiendo paulatinamente en más y más hasta que fuera muy difícil de ignorar.


A lo largo de su recorrido se darían cuenta de que no estaban solos, otros grupos parecían dirigirse al mismo lugar, algunos con más recursos, otros, igual que ellos.


- Chay. Dijo Willow. Procura mantenerte más cerca de mi nuca para poderte cubrir con mi cabello y así no te vean y puedas entrar al recinto.


Después de las indicaciones Chay se escabulló entre el rojizo cabello de Willow hasta desaparecer, cosa que le causaba cierto cosquilleo de su huésped en el escondite.


Mientras tanto el doctor psicópata estaba muy impaciente en el puesto de control número tres que sabía que era el último por el cual tenían que pasar, prensa especial, personal autorizado de la ONU y traductores. Sería imposible entrar por el acceso del estacionamiento ya que parecería un búnker, por ser la entrada exclusiva de los mandatarios al recinto y estaría muy bien resguardada.

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