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.-Entrenador.! -dijeron todos al unísono, mientras el nombrado solo miraba a Haruna-
- ¡Muévanse a entrenar! ¡Un bebe no son escusas para no hacerlo!
- ¡Si señor! -Gritaron todos los miembros corriendo al campo-
Y así dieron inició a las semanas de trabajo, Aki, Natsumi y Fuyuka trataban de no darle mucho trabajo a Haruna puesto que no querían cansarla con nada, además de que Rika ya les había advertido que tenían que cuidarla en su ausencia, le daban trabajos fáciles y no tan complicados, su primordial trabajo era grabar el entrenamiento de los chicos, y una que otra vez ayudaba a entregar las botellas de agua o las toallas para el equipo, además de que exigió ayudar en la comida diaria del equipo, ya que se sentía muy inútil quedándose todo el día en la banca, las chicas no podían estar todos los días con los berrinches de la joven, así que sin más accedieron a dejar que las ayudará, así pasaron los primeros dos meses.
Haruna y Goenji, estaban de camino al consultorio del padre de esté, ambos estaban muy nerviosos sobre todo el joven de pelos parados quien no dejaba de temblar pensado en lo peor, su padre siempre fue exigente con él, quería que fuera un gran médico, mejor de lo que era el, y que su hijo haya decidido dedicarse al futbol no le gusto para nada, y ahora con que le iba a decir que estaba en espera de un hijo, si, sin dudas lo iba a matar.
- ¿Y si mejor vamos por un helado? -Pregunto nervioso, una vez que estaban en la puerta del consultorio del Dr. Goenji-
-Shuuya...-Lo tomó tomo del brazo cuan niña pequeña- Vamos. ya vinimos hasta aquí. llevamos dos meses planeando este momento.
-Haruna. -Suspiro él- No me gusta mucho el tener que decirle a mi padre que seré padre. -Miro el suelo-
-Acaso... -Está lo miró en suplicas- ¿Estas arrepintiéndote de esto? -Pregunto con miedo-
- ¡Jamás! -La sujetó de hombros- Es solo que. no quiero que mi padre comience con sus cosas e intente separarnos.
-Eso no va a pasar. -dijo para intentar calmarlo mientras lo abrazaba- Voy a estar en todo momento contigo.
-Haruna...-alzó la mirada, estaba igual de asustada que él, he incluso se atrevería a decir que más que el, lo veía claramente en sus ojos, ambos sabían que tan lejos podía llegar esté, miro al suelo dando un largo suspiró armándose de valor para dedicarle una sonrisa tranquilizadora- Vamos.
-¡¡Si pasa algo no duden en llamarnos!! -Gritó Rika desde el otro lado de la será, llamando la atención de la joven pareja, quien sonrió al ver a todo el equipo con una enorme sonrisa, que de cierta manera los tranquilizó dándoles aún más valor-
Ambos entraron al lugar, yendo directamente a la oficina del señor Goenji, los dejaron pasar rápidamente ya que Shuuya era su hijo y era conocido por todos, además de que su padre había dado claras instrucciones de dejarlo pasar siempre que él quisiera para que el joven no volviera darles con el balón a los de seguridad dejándolos en el suelo inmóviles por el dolor.
Al estar en la puerta a la que le tenían el paso, ambos se miraron apretando sus manos para agarrar consuelo en el otro, dando un largo suspiro entraron al lugar, ubicaron rápidamente con la mirada al Dr. Goenji, quien no se sorprendió en los más mínimo por la presencia de ambos em su oficina, ni muchos menos cuando vio la mano de estos entrelazadas.
-Padre...-Habló Goenji ingresando- Tenemos que hablar contigo. -Dijo firme-
-Lo sé...-Dejo lo que estaba haciendo- Los estaba esperando
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