Un, Dos, Tres...¡BÉSAME! [YONKOOK / KOOKGI]

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Jungkook POV:

Fue el momento ideal para Namjoon, que no necesitaba muchos motivos para
levantar la mano y hacer que parara un taxi a su lado.

—Si quieres seguir poniéndote en ridículo, Jungkook…

—¿Es que no ves lo bueno que está? —me excusé siguiendo con la farsa.
Se lo merecían todos y cada uno de ellos, por no apoyarme en el escenario.

—Lo único que veo es que mañana vas a tener un tremendo dolor de
cabeza y una vergüenza infinita…

Un taxi se detuvo en cuanto él hizo el gesto con la mano. A esa hora ya
casi sólo recorrían la avenida los taxistas. Y por allí pasarían muchos a la
hora en que terminaría el espectáculo de magia. Lo tenían todo controlado.

—Me daría vergüenza estar enamorado de un tipa fea como Hawasana —le
solté nombrando a su esposa, aprovechando que podía ser grosero por culpa
del alcohol y la supuesta hipnosis. En verdad, muy agraciado no era, pero
todas suponíamos que Namjoon había visto en ella otras muchas grandes
virtudes. Sobre todo…, especulábamos con el tamaño de una de ellas. Sí, de
ésa—. Pero YoonGi está cañón. ¿Crees que será su verdadero nombre?
Tengo que buscarlo en Google.

Namjoon resopló molesto y subió al taxi. No sé si molesta porque me
había metido con su esposa o porque no era capaz de hacerme entrar en
razón, cuando era la voz de mi conciencia normalmente.

—Hasta mañana, Jungkook. No vayas a hacer nada por lo que puedas acabar
entre rejas —soltó tras darle las señas de su casa al conductor—. Y no me
refiero a lo de la protectora de animales por lo del conejo.

—Descuida —le dije introduciendo en san Google las siguientes palabras:
«Nombre real de YoonGi Magic».

En verdad, creo que lo que escribí se parecía más bien a «Nobre rela de
YoonGu Magia», pero como nadie se iba a enterar de que borracha escribía de
puta pena en el teléfono móvil, no me estresé demasiado. Además, san
Google era muy listo y siempre tenía la entereza de escribirte que, quizá,
habías querido decir «Nombre real de YoonGi Magic».

Mientras me daba cuenta de que no tenía cobertura y comenzaba a
buscarla como un loco alzando el terminal por encima de mi cabeza, me
puse a mirar la entrada del teatro. Los porteros habían cerrado por dentro y,
aunque probablemente no habrían echado ningún tipo de cierre especial por
el tema de las evacuaciones de emergencia, tal vez no fuera lo más adecuado
intentar entrar por la puerta delantera. Aquel enorme edificio debía de tener
un par de accesos más en la parte de atrás, y allí que llevé mi cuerpo serrano
y tambaleante, con ganas de seguir molestando al señor YoonGi, el mágico.

Por fin lo de usar la altura para buscar cobertura dio resultado —o tal vez lo
hizo el moverme por la calle buscando la parte trasera—, y Google me dijo
que YoonGi Magic se llamaba en verdad YoonGi —vaya que variación si se llamaba YoonGi después de todo—, pero que desde los quince era llamado Suga, nadie sabe la provedencia de este pero algo era seguro durante
años nadie se había atrevido a llamarlo así porque el último había quedado
convertido en un sapo.

Dato fiable de la Wikipedia.
Mientras leía toda esa información —que se me antojó fidedigna al cien
por cien—, me llegaron un montón de wasaps del grupo de mis amigos
preguntando por nuestro estado.

Joseok:
Jeon, ¿seguimos teniendo problemas?

Taehyung:
Para mantener la verticalidad…, seguro. Jungkook, espera, que te mando los vídeos que te he
sacado. ¡Estás más graciosa…!