Un chico misterioso (KAI & TÚ)

Capítulo 8

- Lo siento. - Dijo él, con una lágrima bajando por su mejilla.

Le sequé aquella lágrima con uno de mis dedos y dije:

- Sssh, no hables.

Le rodeé con mis muñecas el cuello y rocé un par de veces su nariz con la mía. Luego él se acercó a mí y posó sus labios sobre los míos. Le dí un par de cortos besos, y después juntamos nuestras lenguas haciendo movimientos circulares pero hacia varios lados.

Ese beso había durado bastante, nos sentamos en un precioso prado cuando, yo pregunté:

- ¿Quién era el otro?

- Si te lo digo puede que no le quieras volver a ver. - Dijo con media sonrisa, como si se sintiera orgulloso.

- No lo dudes. Jajaja.

- Jajaja, e...era D.O.

- ¿D.O? - me llevaba demasiado bien con D.O y me quedé un poco perpleja.

- Sí, eem... ¿Ese es D.O?

Ví como D.O, muy enfadado se acercaba a mí.

- ___(tn), ¿eres idiota? - Me preguntó él.

- Perdón, ¿qué dices? - añadió Kai.

- Kai, porfavor no te metas. -Dije. - D.O ¿qué pasó?

- Pasó que eres una mentirosa, ¡has vuelto con el idiota ese!

- D.O, no puedo creer lo que estás diciendo. - Enseguida empecé a llorar.

- ¡Cállate D.O! No te metas con ella, puede hacer lo que le dé la gana. -Añadió Kai.

- Eso lo dices tú, pero si habriera los ojos, se daría cuenta de quien eres en realidad. - Le dijo D.O a Kai.

- ¿Y quién soy ee?

- Eres el que hizo que por tu culpa ___(tn) fuera al hospital. - Dijo D.O.

Kai empezó a llorar.

- ¡D.O! - dije.

- ¿Qué?

- Puede que por él, haya ido al hospital, y puede que también me haya hecho sufrir. Pero lo que he sentido y siento por él, no lo he sentido por nadie. Él es el único capaz de hacerme feliz en dos segundos, cosa que tú jamás podrás conseguir. Y es el único que dá la cara por mí, sin tener miedo a que le revienten. Y si ahora, aún tienes ganas de reventarle a mis espaldas, es por que tienes miedo de que prefiera a él, y sí, lo prefiero.

Kai llorando, vino enseguida a abrazarme, cuando yo también estaba llena de lágrimas.

- Haz lo que quieras, pero yo no pienso así. - Dijo D.O, desesperado.

Cuando vimos que D.O se fue, Kai me cogió en brazos, y me llevó a un precioso riachuelo. Yo me puse sobre sus piernas, y le dí un abrazo demasiado fuerte, después me acerqué para besarle, pero me empujó y caí al río. Él al cabo de tres segundos también se tiró. Le salpiqué un par de veces y me agarró la mano. Tirándo de ella, llegué a chocar mi abdomen con el suyo. Le revolví el pelo y él me agarró ligeramente la cara. Besándonos con un largo beso, con la ropa mojada, en un precioso riachuelo.