chapter IV

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— ¡JungKook! — llamó el rubio a su mejor amigo — ¡JungKook! ¡JungKook!

El menor seguía caminando por la cabaña con su cabeza gacha, sus pasos eran precisos y rápidos más que todo queriendo escapar de algo o mejor dicho de alguien.

JiMin iba detrás suyo con una mueca en su rostro cargando las cosas de su menor, que sabía dónde era su cuarto y por dónde debía cruzar para obtenerlo. Solamente que JungKook estaba tan desesperado que le estaba desesperando a él, no sabía por qué aquella actitud, ni por qué tenía la cabeza era mirando al suelo.

Él no es así, todo lo contrario, es tranquilo, sereno y todo lo hace a su propio ritmo. Ahora parecía que algo lo hubiera despertado.

Para JungKook el caminar hacía esa habitación luego de durar como media hora en el baño mirando al espejo era su escapatoria, más que todo la escapatoria de su mente a algo que no pensaba ver en tanto tiempo. El saber que estaban en el mismo espacio lo hacía todo incluso más difícil, porque no podía ver por él eso.

No había olvidado completamente las cosas. Su rostro es una imagen perfecta como un cuadro.

Eso tampoco significa que esté del todo feliz, su estómago lo sentía revuelto y eso que no comió nada pesado ni fuerte.

Odiaba a su mente en este instante, odiaba a los demás en este instante pero sobre todo se estaba odiando a si mismo por la decisión que tomó. Cómo sabía, estaba seguro que venir no era una buena idea, solo lo hizo por JiMin, no tanto porque quisiera.

Ahora cuando lo vio a los ojos recordando memorias perdidas, un dolor que estaba en su pecho llegó para quedarse.

Solo necesitaba encontrar su habitación para quedarse allí encerrado durante todo ese tiempo, para poder pensar las cosas claramente y cuando los demás lo vieran pensarán en la madurez de adulto que estaba probando. Nadie tenía por qué verlo como un adulto incapaz de controlar sus emociones, es rígido por fuera pero por dentro solo quiere explotar.

¿Por qué él está aquí? ¿Por qué TaeHyung está aquí?

Se estaba amargando el día y a sí mismo por una persona, que desafortunadamente no era cualquier persona.

Él, es alguien que ha intentado olvidar pero que desafortunadamente recuerda a detalle. Así hayan pasado muchos años, seguía en su mente, sin siquiera tener que recordar su nombre o su rostro. Él todavía estaba allí, acechando su tranquilidad, su vida.

Y ahora en carne y hueso, lo que le faltaba.

— JungKook — El rubio llamó a su amigo que subía las escaleras desesperado — ¡JungKook para!

Lo que iba ser un llamado de atención algo leve, salió más como un grito; un grito que paró las acciones de un desesperado chico. Las manos de JungKook temblaron y junto a eso el resto de su cuerpo también, se sentía tan pesado eso que solo quería caer.

No es así, pero tiene sus motivos para serlo ahora.

— JungKook, ¿Qué pasa? — preguntó suavemente — Bajaste del auto y ahora solo estás corriendo desesperado buscando tu habitación ¿De qué estás escapando?

La voz tan comprensiva y dulce de JiMin no era algo tan reconfortante, apretó sus puños  mareado y solo deseó llegar a una cama rápido.

— JiMin Hyung, ¿Podríamos llegar a mi habitación rápido? Solo quiero poder acostarme.

El rubio solo se detuvo y asintió levemente al ver el rostro de su amigo, JungKook parecía querer saltar por una borda o un edificio.

Le pareció raro su comportamiento y la preocupación no dudo en inundarlo, sabía que de cierta manera obligó a JungKook para que viniera; pensando que era divertido y que se distraiga. De alguna manera siempre sintió pena por cómo vivía su vida, tan sumido en el silencio escondiéndose tras ese muro, sin importar que tan cercanos fueran todavía existía un muro, algo que lo detenía ante todo.

my first love | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora