1. "I close my eyes"

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C.

- George, no voy a volver a discutir sobre esto! - levanté la voz y caminé a pasos apresurados hacia el living.

- Callie!

Sentí su mano en mi brazo haciéndome detener.

- No me toques!

- Por favor, hablemos...

Lo encaré furiosa.

- Estoy cansada de que me cuestiones por como me visto! - grité - No eres quien para decirme qué puedo usar y qué no. Si quiero usar escote, lo voy a usar, te guste o no!

- Bien, entonces no te quejes cuando mis amigos te miren mal!

- Jamás me quejé! - me solté de su agarre - Crees que me interesan tus amigos o cómo me miren? Siglo XXI, George O'malley, estás algo atrasado.

Finalmente caminé fuera de la casa y me dirigí al auto. Tenía una importante sesión de fotos, no podía llegar tarde y mucho menos por culpa del retrógrado de mi novio.

Acaricié mi barriga y respiré profundo. Debía calmarme. La pequeña Elena dentro de mi cuerpo no debía alterarse.

Por si el día no estaba siendo lo suficientemente malo, la lluvia torrencial empeoraba todo. Y ni hablar del tránsito inmensamente largo en Seattle. Cerca de veinte minutos llegué al lugar, era una especie de museo antiguo bastante lindo y cálido.

- Calliope Torres?

La voz de una mujer me llamó la atención. Di la vuelta para encararla.

- Hola, debo suponer que usted es Addison Montgomery. - dije estrechando su mano.

- Así es, podemos iniciar?

Caminé a su lado mientras pasabamos por un pasillo. Un niño esperaba al final del corredor.

- Este es el pequeño modelo? - pregunté acariciando su cabello. - Cuál es tu nombre?

- Henry! - respondió emocionado.

- Que lindo nombre, Henry. Estás listo para comenzar con las fotos para tu cumpleaños?

- Sí! Cumplo seis!

Reí.

- Bien, comencemos. Puedes colocarte justo ahí? - señalé una columna y él caminó hacia allá.

El día sería largo. Era mejor así, no quería seguir discutiendo con George y mucho menos por cómo decido vestirme.

Tal como esperé, cerca de las cuatro de la tarde ya estaba de regreso a casa. El tránsito había disminuído mucho, ya no era un dolor de cabeza conducir por las calles de Seattle. La lluvía aún seguía.

Cuando el semáforo cambió a verde continué. Intenté girar en una esquina pero un fuerte impacto lo impidió. No era capaz de moverme, pero sentía mucho, mucho dolor. Sangre. Por todas partes. Mi vientre, brazo, cabeza. Cerré los ojos y creo que me desperté minutos después debido a una sirena. Ambulancias. Mi frente golpeó el volante con fuerza. Decenas de personas estaban a mi alrededor con expresiones terribles.

- Señorita, se encuentra bien?

Un joven paramédico preguntó. Intenté decir que no, que estaba embarazada y que debían salvar a mi bebé, pero no podía hablar. Ni moverme. Ni respirar.

- Claro que no se encuentra bien, una camilla, ahora! - un hombre de unos cuarenta gritó.

Una mujer colocó algo en mi cuello, un collarín, supongo. Cuando me movieron sentí un inmenso dolor en todo el cuerpo. Grité fuerte. Era lo único que conseguía hacer. Gritar. Cerré los ojos nuevamente y todo se apagó.

Meant to beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora