7. "Bring the pain"

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A.

- Espera, qué? Él te dijo eso?

- Puedes creerlo? Aún no sé como estuve tanto tiempo con ese tipo.

Sí, eran las tres de la mañana y con Callie estabamos bebiendo tequila al sonido de Love on the brain mientras hablabamos de nuestros desastres amorosos. Gran plan, de hecho. Ella me estaba contando que el muy idiota de su ex, George, siempre protestaba por la manera en la que ella se vestía.

- Aún te duele la mano? - pregunté al notar que ella hizo un gesto del dolor al apoyarla en el suelo.

Decidimos mover la mesa que estaba frente al sillón y sentarnos en el tapete.

- Sí, un poco, pero valió la pena.

Me puse de pie y caminé hacia la nevera para buscar algo de hielo. Cuando regresé Callie estaba acostada en el suelo encarando el techo.

- Estás bien? - pregunté acompañándola. - Te traje hielo.

Exhibió una sonrisa en mi dirección y suspiró.

- Gracias.

El clima entre nosotras cada vez se hacía más familiar, es decir, la presencia de Callie siempre suele ponerme nerviosa, pero ahora se sentía mucho más normal estar a su lado.

- Hablé con mi amiga, la del Spa. - dije, llamando su atención. - Ella dijo que la llames la semana próxima para marcar una entrevista. Tengo el número en mi bolso.

Callie me abrazó sin previo aviso, haciéndome sonreír.

- Gracias, Arizona. - se apartó. - Significa mucho para mí.

- Lo sé.

No sé exactamente cuanto tiempo pasó, pero estuvimos largos minutos sin decir nada, solamente encarando el ventilador en el techo que giraba y giraba.

- Crees que George me amó alguna vez?

Pensé por un momento.

- No lo sé. - respondí al fin. - Tú que crees?

- Yo creo que no. Quizás solo lo hacía sentir menos solo, o quizás era buena para su ego. Pero no me amaba. Uno no abandona a la persona que ama.

Entrelacé su mano con la mía, aquello siempre me hacía sentir mejor. Espero que a ella también.

- Creo que aún estás muy alterada... - Callie giró la cabeza y me miró. - Pero cuando te sientas mejor, cuando no estés tan alterada, habrá gente haciendo fila por ti.

Ella rió incrédula.

- Quieres darme algunos nombres? - preguntó entre risas, sin creer mucho lo que le acababa de decir.

Mis ojos cayeron en sus labios sonrientes.

Inconscientemente rodeé su cintura con mi brazo derecho y acerqué mi rostro al suyo.

- Vas a besarme o qué? - preguntó tomándome por sorpresa.

Ella quería que la bese?

- Callie, tú quieres...?

No conseguí terminar la frase, los labios suaves de Callie apretaron tiernamente los míos. Fue solo un toque, pero sentí la electricidad chispeante entre nosotras. Corrí los dedos por su cabello negro, atrayéndola aún más a mí sin querer soltarla. Uní nuestros labios nuevamente, con la misma suavidad, con la misma delicadeza. Aquello se sintió tan diferente.

Sus ojos oscuros brillaban cuando me aparté para verlos.

Unos golpes en la puerta llamaron nuestra atención. Especialmente la mía, ya que no esperaba a nadie y mucho menos a las tres de la mañana.

Meant to beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora