Bien, he vivido aquí dieciocho años. Creo que me sé perfectamente todos los lugares que hay a la vista y de los que nadie nunca habla. Ya tenía trazado en mi mente el camino que seguiríamos para poder escapar.
Para mí mala suerte no pudo ser el mismo día que me dejaron a cargo a Lucy. Era una bebé y necesitaba más que una simple chamarra para cubrirla del frío; también requería comida para no fallecer, algunas bebidas, más ropa y una navaja de mano. Lo último por protección y porque me escabullí muchas veces al salón de las monjas para ver un programa que se llamaba MacGyver. Ese chico era bueno con una de esas. Así que tal vez me serviría de ayuda.
Más o menos a las dos de la mañana salí de mi cuarto y caminé por los oscuros pasillos sigilosamente hasta llegar a la bodega, ahí te Ian las cosas filosas. La cual estaba en el tercer piso, de él piso más horrible del lugar ya que estaba más abandonado, y por la misma razón ahí era donde hacían las cirugías a los cuerpos ya muertos para saber mejor. No había luz y apestaba más que la madre superiora.
━━Debí de haberme traído algo más grueso ━━la bufanda que había amarrado alrededor de mi nariz no era tan eficiente como pensé.
El olor asqueroso la penetró fácilmente. Me apresuré a llegar a la puerta, aunque casi me caigo al pisar algo mojado en el suelo. No me quise detener a ver lo que era, podía imaginarlo... y no sería bonito verificar que en verdad era sangre. Moví mi bota tratando de hacer que de limpiará de aquel líquido y seguí mi camino. Ya ahí, cómo pude saque un pasador de mi cabello y empecé a abrirlo. Tardé cinco minutos hasta que lo hice.
━━Si serás estúpida ━━en el bolsillo de mi sudadera tenis una lamparita que tuve que robarle a una monja para poder ver en mi cuarto de noche.
La saqué y comencé a alumbrar las cosas.
No tenían nada limpió. Puras cosas con sangre seca en ellos, incluso había una caja con papel pegado que decía: Aún reutilizables. ¡Eran las agujas de las inyecciones!
━━Pero que... ━━callé al oír los pasos de alguien subiendo las escaleras. Con cuidado cerré la puerta, creo que justo a tiempo, ya que la luz apunto directamente a la puerta.
Me congelé en mi lugar cuando la voz del conserje dijo que la puerta estaba abierta. Tomé la primer cosa que ví, la caja de madera con las agujas, para tener algo con que defenderme. Apenas abrió la puerta dejé que mis delgados brazos usarán toda la fuerza que tenían para darle un duro golpe en la cabeza.
━━Lo maté ━━dije al ver cómo cayó como costal.
Me agaché y verifiqué que respirara.
━━Wow, tengo más fuerza de la que creí. Usted tuvo la culpa ━━tomé una navaja de bolsillo que había ahí━━, quien le manda a aceptar un trabajo donde casi diario hay muerte solo por el dinero.
Para que no descubrieran nada hice parecer que él intentó tomar algo pero la caja le cayó en la cabeza. Salí de ahí corriendo, pero para mí mala suerte deje algo que haría que me descubrieran horas después.
Regresé a mi cuarto y me encerré (cada noche lo hacían). Me quite la ropa sucia y la metí abajo de las sábanas. Revisé a Lucy y estaba aún demasiado dormida.
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