Día 3.

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—Necesito más fotos de estas...

—Tengo más, espera que las voy a buscar —respondió Narcissa, levantándose de su sillón.

Harry —por orden de Draco—, seguía con el vestido. Con eso puesto y todo, no le importó tener que ir a visitar a su suegra vestido así. Quería las fotos de su novio con vestido. Necesitaba esas fotos.

El rubio no cabía en su vergüenza, ¿cómo hizo para llegar a eso? De todas formas, no sufría solo. Harry tenía puesto un vestido de mucama. Sí, eso le daba algo en qué distraerse.

—¡Voy a armar un altar con estas fotos! —dijo emocionado. No sería él si no se burlaba de alguna manera u otra de Draco.

—Harry, no —el rubio volvió a su estado de vergüenza, ¿por qué su novio era así? —. Si haces eso, no te voy a hablar por lo que queda de la semana.

—Te empezarías a lamentar por eso a los cinco minutos.

Con un bufido, Draco giró su cabeza hacia la dirección en la que se fué su madre. Lamentaba la existencia de esas fotos, y más, el hecho de que estaban guardadas bajo llave, para que no pudiera quemarlas o tirarlas. Lamentaba eso y el hecho de que haya respondido a la pregunta de Harry, ¿qué pasaba por su cabeza, cuándo pensó que su novio no haría nada al respecto?

—¡Aquí tengo más!

Draco escondió la cabeza entre sus manos, mientras su novio y su madre miraban aquellas fotos. Ahora, estaban casi igualados en la humillación. Él sabía que Harry también se vengaría por lo del primer día.

—Y si te fijas ahí —Narcissa señaló una parte del vestido, justo en el pecho de Draco —, tiene un agujero, por lo cuál se podían ver un poco sus pezones.

—Necesito llevarme esa foto.

No había más dudas, el rubio se desmayaría en cualquier momento, ya no soportaba eso. Tenía que salir de ahí. Mientras Harry tomaba las fotos que había elegido, Malfoy se paró, tomó su abrigo y llevó a rastras a su novio hacia la chimenea.

—Fue una bonita visita, madre —Dijo Draco —. Pero es momento de que nos vayamos, ¿verdad, Harry?

Antes de que el azabache pudiera contestar, su novio usó los polvos flu, apareciendo nuevamente en su casa.

—¿¡Qué te pasa!? —Empezó a protestar Harry —. Había muchas más fotos que ver...

—No me importa.

Él no se permitiría esa humillación una vez más, claro que no. Y se lo haría saber a Harry esa misma noche. Hacerlo entender a su madre era un tema para otro día. Tenía mejores asuntos que atender.

—¿Qué piensas hacer...?

—Oh, sobre eso —Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Draco —, ya verás.

Harry tragó saliva. Sip, esa misma noche iba a estar pesada.

¡Ponte un vestido! | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora