Capítulo 9

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- ¿No sienten el día más caluroso de lo usual? - pregunto un hombre calvo y bronceado, era muy alto y musculoso, su físico demostraba el de ser un mercenario.

-No lo sé, tal vez sea tu imaginación- respondió un chico de aparentemente unos 23 años, era blanco, cabello castaño y ojos verdes, no era ni demasiado musculoso ni demasiado delgado, pero su actitud y presencia demostraba el de ser también un mercenario puesto que llevaba una vaina con una espada muy inusual.

-yo pienso lo mismo que Calvi- respondió un chico que vestía una túnica oscura y llevaba un bastón, aparentemente era un mago.

¡BASTARDO!! ¡Te dije que no me dijeras así! - gritó el calvo mientras se le abalanzaba al mago para agarrarle el cuello.

-oblígame- respondió el mago con una expresión burlona.

-Ya te dije que esto es solo temporal- respondía el calvo mientras trataba de pararse del suelo, puesto que el mago le lanzo un hechizo y lo hizo caer de cara.

-eso dicen todos- rodó los ojos el mago.

Sabes que si me estreso mucho me pasa esto! Solo me debo relajarme. Ahora que terminemos esta misión me iré a flor de luna a descansar con alguna chica- balbuceaba el calvo.

-solo eres un lascivo- respondía el chico de ojos verdes.

- ¡hay que disfrutar la vida! ¡No trabajo solo para vivir! Arriesgo mi vida aquí para poder disfrutar después- alego el calvo - no soy unos aburridos y santurros como ustedes, tan jóvenes y tan aburridos - se burlaba el calvo.

- ya cállense y compórtense - una voz sonó desde al frente de la caravana, era el capitán de la operación, un hombre alto, blanco, cabello negro y ojos negros, tenía una cola de caballo y el ceño fruncido, su expresión era la de un poco irritado, pero eso no le quitaba el encanto implícito que tienen los chicos serios pero sexis.

- ya cállense y compórtense - una voz sonó desde al frente de la caravana, era el capitán de la operación, un hombre alto, blanco, cabello negro y ojos negros, tenía una cola de caballo y el ceño fruncido, su expresión era la de un poco irritado, ...

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- pero capitán, me dijo calvo - se quejaba el calvo señalando al mago

- lo estas - respondió el hombre sin ninguna duda

- CAAAAPPP - lloraba el calvo

Esta caravana cruzaba el desierto puesto que transportaba rubíes explotados en una de las minas cercanas al reino de Istiana, este se encuentra circundante al desierto de Abahara un lugar tan caliente y desolado de día pero tan frío de noche que era posible despertar congelado. Esa mina pertenecía a los marqueses Oralios, una de las 5 familias más prestigiosas del reino, ellos eran lo que mantenían el poder monetario los cuales contrataban mercenarios para reforzar su seguridad, el hijo menor de la casa, Marcus se encargaba de la administración de la mina y este viajaba junto a la mercancía, para poderla comerciar en el reino vecino.

De repente el capitán alzo la mano y dijo -todos a sus posiciones, detecto dos presencias en un radio de 1000 metros-

Esa era una de las capacidades de un guerrero mágico, mejoraba su físico, potenciaba sus habilidades físicas y su instinto y detección en un radio determinado. El maná se utilizaba como la proteína para los músculos. Entre mayor sea el nivel del guerrero más se amplía el radio de detección y su cuerpo ampliaba sus límites humanos, en especial para los maestros espadachín, y resulta que el hombre era uno. Este se encontraba en etapa azul puente cian. Sus beneficios era los de entrar en un estado de sincronía con el aire, podía utilizar el maná en el ambiente para anular la fricción que provoca su cuerpo con cualquier superficie y poderse mover tan rápido que parecía tele transportarse.

-pasa algo? - pregunto Marcus mientras asomaba la cabeza por la ventana del carruaje

- solo es por prevención, no se preocupe - respondió el capitán

En ese momento todos se colocaron serios y cada quien se colocó en su lugar correspondiente, realizaron una formación de diamante con el carruaje en el centro.

...

-bebe juguemos un juego- dijo Amalia agarrando las mejillas de su hija

-que juego mami- respondió Luciana con ojos curiosos

-juguemos al juego de roles, así como jugábamos en la casa con tu papá ¿te acuerdas? Tú actuabas como una princesa en la torre, mama como un terrible dragón y papa como el caballero que rescata a la princesa- le dijo Amelia a la pequeña

-pero mami, papi no está aquí

-No bebe solo nosotras dos

-está bien mami, ¿de qué actúo?

-esta vez actuaras como un cachorrito ¿sí? Ya sabes con lágrimas en los ojos, cara triste y ojos tiernos y mama actuara como tú cuando quieres un nuevo juguete, ya sabes cuando le ponías ojos de cachorro a tu papá además de llorar y suplicar- decía mientras le agarraba la nariz.

-está bien mami, ya sabes que soy buena actriz- dijo Luciana alzando su barbilla con tono confiado

-¿pero ya sabes bebe no debes dejar de actuar porque si no, no podremos llegar a papi bien?

-está bien mami, Luciana no te decepcionará-

-Bueno confío en ti bebe, pero no te asustes pase lo que pase ¿bien? Todo es el juego de mama-

...

<<hermosa>> fue el pensamiento que le vino a la cabeza al capitán y a todos los demás mercenarios

Una chica vistiendo una túnica hecha harapos, soplaba el abrasador viento desértico y su capucha fue despojada, cabello castaño oscuro bailaba junto al viento, ojos color miel, grandes y brillantes, pestañas que temblaban y lágrimas cecas por el calor abrasador, manos delgadas y pálidas, una cintura delgada y esbelta, la chica era alta y cada movimiento de su cuerpo reflejaba una elegancia que abrumaba, detrás de ella el sol poniente ocultándose en el límite desértico hacían la ilusión de que la chica brillase a pesar de estar sucia. Lo más increíble era una pequeña niña en sus brazos llorando con una cara tan triste que rompía el corazón de solo ver, parecía una muñeca de porcelana, ojos azules y cabello castaño, cuerpo regordete y su piel pálida, pero sus mejillas rojizas por el quemor del sol hacían querer correr hacia ella y regalarle todos los dulces del mundo. Todos jadeaban ante la vista que parecía una pintura salida de un museo.

- ¡AYÚDENME POR FAVOR! - un grito desgarrador mezclado con un sollozo rompió el trance en el que se encontraban todos en la caravana

De inmediato el capitán despertó y se dio cuenta de su estúpida reacción, sus orejas se tornaron rojas por 2 segundos, pero de inmediato desapareció como si nunca hubiese sucedido

El tiempo acaba con todo, incluido el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora