#3#

1.5K 107 10
                                    

Bueno, para iniciar, estoy muy feliz de que ustedes lean mi historia, yo dije "mejor la borro" pero me dieron una razón para seguir, y pos en segunda, creo que intentare actualizar cada día domingo.

(Primero, perdón por no actualizar cada domingo JAAJAHAAA, dios, siempre me ha ido mal con eso de las fechas y entregar en plazos exactos. Sí, me irá terrible en el laburo por eso.)

(Segundo, madre mía, éste capítulo al re-leerlo me dió un chingo de cringe xd, por eso me decidí en volver a escribirlo, para quitarme la idea de que YO escribí eso!)

-----------------------------------------------------------
Kirishima se estaba lamentando por completo al haberse dado cuenta de la reacción negativa de Bakugo.

Habían pasado dos semanas desde qué no hablaban, y a pesar de que Midoriya se disculpó varias veces por el terrible desenlace, simplemente no tenía nada qué perdonar, pues fué él quién accedió a llevar a cabo esa idea, aunque pudieron haberlo pensado mejor antes de utilizar un plan tan pobre.

Aunque de cualquier manera, no esperaba qué el chico con esa carita de inocente, tuviese ideas tan retorcidas de lo qué es conquistar a alguien.

Eijiro se carcomía la cabeza dándole vueltas y vueltas al asunto, y si bien ya se había replanteado el terminar su "no relación" con Jiro, sería incómodo que le preguntasen la razón del porqué todo pasó tan rápido.

Sabía que debía cuidar su reputación si quería ser tomado en serio no sólo por sus compañeros, si no también por Bakugo.

Pero es qué, el rubio, el chico de ojitos como rubíes, con esa sonrisa filosa qué podía hacerle sonreír con tan sólo verlo. A quién tenía como una de las personas más importantes en su vida, quién había llegado de la nada y como si fuese una bomba cambió por completo su panorama del mundo.

El que le dió la vuelta y desordenó por completo su mente.

El mismo qué, a pesar de que lo insultase como si su vida dependiera de ello, sabía que le guardaba un cariño profundo y no podía negarlo, por todas aquellas veces que le ayudó sin saberlo, simplemente estando ahí sabiendo que lo apoyaba.

Si bien, el cariño que le tenía a Katsuki era inmedido, no podía simplemente tirar todo ese embrollo al carajo y hacer como si nada hubiera sucedido.

Porque se había asegurado de que el rubio viera lo qué pasó, no podía simplemente ignorarlo por completo.

Derrotado, suspiró, había pensado mucho por hoy, estaba agotado.

Quizás una vista más objetiva del tema le sería de ayuda.

-----------------------------------------------------------

Bakugo, por otro lado, se mantenía frustrado en su habitación observando a la pared, tratando de no destrozar por segunda vez en el día su pieza por completo.

Con el ceño fruncido, tomó entre sus dedos el puente de su nariz, tratando de reprimir todos esos sentimientos sin mucho éxito.

Ya estaba echando chispas.

No entendía como es qué el pelirrojo aún no se daba cuenta de sus sentimientos por él, pues era muy obvio.

Por algo siempre le servía su desayuno junto al suyo, poder verlo por la mañana a pesar de no querer hablar con él.

Por algo es que siempre qué podía, lo dejaba observarlo aunque se diera cuenta.

Por algo es que siempre lo insultaba de manera especial.

¿Acaso no se notaba o debía ser más obvio?

Todo se había vuelto tan absurdo. Parecía estar persiguiendo sin querer algo que muy probablemente lo iba a llevar a la ruina.

Pero a pesar de tener esa idea de qué estaba haciendo un esfuerzo por algo tan bajo, simplemente no podía dejarlo. No ahora qué había aceptado por completo lo que sentía, después de haber tenido un sueño demasiado meloso.

Él sabía qué lo dulce no era su tipo, pero a pesar de ello la nobleza y la sensatez de Kirishima lo había atrapado sin ningún problema, y no se había dado cuenta hasta qué dió por perdida la posibilidad de poder seguirse enrollando en ese personaje tan peculiar y extravagante.

Simplemente, no podía echarse atrás a ese punto.

Y no se rendiría sin dar pelea, pues ante todo, siempre su orgullo era el que lo guiaba, a la victoria claramente.

Sabía que en algún punto él iba a enterarse, y si no era porque se diera cuenta, sería porque él se lo diría.

Su objetivo era claro, y no iba a descansar hasta tener lo que quería, pisara a quien pisara en el camino.

-----------------------------------------------------------

Entonces, Kirishima se dispuso a buscar a ese tipo qué sabía podía tener la cabeza tan fría que pareciera qué estaba hecha de hielo.

Aunque, quizás era así.

— ¡Todoroki! – su voz resonó en el pasillo, haciéndolo correr un poco al observarlo parar, saludando con alegría pero sobre todo, alivio.

— Kirishima, ¿ocurre algo? – con su fino semblante tranquilo, mantuvo la mirada pegada en el contrario, notando un leve destello de curiosidad en la heterocromía característica.

— Simplemente, quería saber si tienes tiempo para una conversación —

Todoroki lo observó de arriba a abajo, tratando de descifrar la razón por la cuál había recurrido a su persona, pues era bien sabido qué no era muy bueno en lo qué se supone deberían ser las relaciones humanas.

Siendo el tema principal de las pequeñas peleas que mantenía con Izuku.

Pero, dejando eso de lado, solía tener pensamientos muy acertados acerca de cualquier cosa, aunque él mismo se negaría a pensar en ello.

— Claro, dime qué sucede – se colocó frente a él.

— ¿Puede ser en un lugar más... privado? —

Shoto asintió suavemente, abriendo la puerta de su habitación pues antes de que llegase el pelirrojo había quitado el seguro.

No se habían dado cuenta qué estaban siendo observados por una mirada felina proveniente de cierto rubio, el cuál aunque se mantenía a raya, trataba de acercarse con cautela para escuchar de qué rayos hablaban.

Quiso pegar su oreja en la puerta de madera, pero no podía escuchar nada.

Al parecer, Shoto había insonorizado su habitación.

Frustrado, se dió la vuelta para irse por dónde vino, pero no tenía en cuenta qué Kaminari lo había estado observando todo el tiempo.

— Psst – el pequeño sonido le hizo observar hacia sus costados, percatándose de qué el chico de cabello raro era quién lo estaba llamando.

Se acercó de mala gana, pues se sentía lo suficientemente generoso cómo para regalarle unos minutos de su presencia.

— Qué – respondió, no esperando qué el contrario lo jalara con fuerza dentro de su habitación y cerrara la puerta.

Con seguro.

Solo Tuyo Idiota! |•KiriBaku•| - BL (Republicada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora