Si Dongyoung tenía que dar el nombre de su primer amor, ese sería Nakamoto Yuta.
Se habían conocido hace unos años, cuando él rondaba apenas los diecinueve y el japonés veintidós, había sido amor a primera vista, Dongyoung había caído por completo ante su sonrisa sanadora y su sentido del humor y Yuta se había enamorado de sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes, pero su padre nunca aceptaría algo así.
Yuta era un nadie, sin dinero, sin apellido, había viajado por una beca para estudiar fotografía y aunque era muy bueno le tomaría un tiempo hacerse un nombre en la industria.
Así que primero la idea era iniciar una relación a escondidas, habían aclarado unas reglas simples pero al ver la molestia de Yuta al no poder ser obvio en público el miedo empezó a inundarlo... ¿y si lo besaba? ¿qué pasaba si tomaba su mano en la calle? él no era especialmente famoso pero sí conocido, se codeaba con personas seguidas por paparazzi día y noche, si alguno tomaba una foto... oh, su padre se encargaría de enterrar la carrera de Yuta incluso antes de que despegara.
Así nació el primer contrato.
Dongyoung casi le ruega para que firme aunque fuera de manera simbólica, al final él no podría procesar a Yuta por incumplimiento de contrato, no, él le quería tanto que había pensado y redactado todas las formas posibles para protegerlo... Yuta había llorado cuando leyó los papeles, su nariz se había vuelto roja y sus ojos vidriosos, se había levantado del sofá para besarlo profundamente antes de juntar sus frentes.
—Te quiero muchísimo... —había murmurado contra sus labios, antes de cerrar sus ojos con fuerza y suspirar—. Todo lo que pueda darte te lo daré aunque me estés matando por dentro.
Con manos temblorosas ambos habían firmado el papel, sus labios se habían encontrado de nuevo y con el corazón adolorido hicieron el amor de manera lenta y tierna en el sofá del pequeño apartamento de Yuta.
Le había entregado a Yuta su cuerpo y corazón, pero su mente seguía atormentada por el temor y el rechazo, Dongyoung esperaba que estuviera dispuesto a esperar... pero Yuta no pensaba igual, él quería más, tanto que lo aterraba, una mezcla de sentimientos que poco a poco habían tirado todo a la mierda en cuando el japonés exclamó las palabras que le dejaron sin aire.
—Cásate conmigo... —había murmurado a su lado, entrelazando los dedos con temor, Dongyoung había sentido que dejaba de respirar y su pecho empezó a agitarse de manera violenta—. Amor, ¿te casarías conmigo?
—No. —exclamó, un murmullo ahogado que se le escapó de su pecho y su mano se soltó con temor—. ¿Por qué? e-estamos bien así... tu y yo, esto... — ¿Cómo decirle a Yuta que no creía en algo como el matrimonio? por lo que él había visto, casarse solo era el inicio del fin.
—¿Esto? ¿una relación a escondidas con un contrato que me impide siquiera sentarme a tu lado si salimos a comer? ¿quieres que nos quedemos solo en esto? —siseo el contrario, claramente molesto y herido, tratando de alejarse.
—S-Sí... —tartamudeo, alejándose más del japonés que parecía a punto de ponerse a llorar—. Te quiero pe-pero...
—¿¡Pero qué!? yo te amo, más que a nada y nadie. —replicó Yuta, lanzando lo primero que se cruzó en su camino y tomando una mano que rápidamente el contrario alejó—. Dongyoung... por favor.
—No... no puedo, no quiero. —sentenció, alejándose más del japonés y sintiendo el dolor atorado en su pecho—. Vete, Yuta... no quiero verte... yo... me iré yo. —había exclamado antes de pasar a su lado y correr hacía la puerta.
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Sugar, sugar | JohnDo
FanfictionDespués de muchos amores agrios, Doyoung necesita azúcar en su vida... Y Johnny está dispuesto a dársela.