n i n e 🐾

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La luna llena estaba en lo alto, iluminando los cielos en su máximo esplendor. La ciudad relucía con sus carteles electrónicos y luces neon decorando cada rincón. La gente se movilizaba de aquí hacia allá con una noche de diversión en mente, o simplemente regresaban a su hogar en un fatigante día laboral.

Jimin lo observaba todo, cada vez más encantado con la deslumbrante Tokio.

Y Jungkook comenzaba a desesperarse, atrapado con el taxi en un atascamiento de autos sobre un puente.

— Kook, mira allí —el azabache miró a su Hyung, y este señalaba su ventanilla, el mayor se reclinó hacia su lado para indicarle mejor donde quería que viera— Esta lejos, ¿lo ves? creó que es una rueda de la fortuna, debe ser el patio de juegos de Disneylandia...

— Hay dos, la de colores y detrás la de luz blanca.

El rubio apoyó su barbilla sobre el hombro de su novio, sin quitar la vista de aquellas atracciones— La próxima vez, iremos y nos subiremos a la de colores, la otra se ve muy hetero para nosotros.

Jungkook río, viendo por el rabillo del ojo el rostro de Jimin— Muy hetero... Espera, ¿dijiste "proxima vez"?

— Obviamente regresaremos, Tokio es la ciudad de los novios.

— ¿Quién dijo eso?

— Yo —el mayor conecto su mirada con la propia, y sonrió— Tacaño, no te preocupes, la próxima vez me encargaré de todo.

— ¿Acaso no te gusto todo lo que organicé?

— Uhm... —apretó sus labios en una linea recta, duditativo. El menor lo miró de cierto modo ofendido y devolvió la vista a la ciudad, Jimin se carcajeo, colando su rostro por la curvatura de hombro y cuello de Jungkook— Me encanto, amor, amé todo y estoy amando el lugar donde me llevarás y no sé que es, no te miento.

Jungkook no contrario sus palabras, en realidad no dijo nada, y eso provocó inquietud en Jimin. Pero en verdad él no estaba molesto, quizás si un poco fastidiado por el tráfico que avanzaba tan desesperadamente lento.

El transcurso fue más silencioso de lo imaginado, Jungkook filmaba el afuera y Jimin estaba absorto en sus pensamientos, ni siquiera fue consciente de a donde los llevaba el camino y si no fuera porque el azabache le dijo que bajará, no se habría ...

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El transcurso fue más silencioso de lo imaginado, Jungkook filmaba el afuera y Jimin estaba absorto en sus pensamientos, ni siquiera fue consciente de a donde los llevaba el camino y si no fuera porque el azabache le dijo que bajará, no se habría dado cuenta que el auto se había detenido en el indicado destinó.

— Regresaremos cuantas veces quieras, pero en nuestra primera vez seré yo quien te traiga el lugar más hetero de Tokio

«Disneyland», resplandecía en letras grandes y de un brillante color oro el cartel de la entrada a el mundo de los cuentos de hadas.

— ¡Me trajiste a Disney! —exclamó eufórico, admirando la entrada del lugar— ¡Jungkook-Ah, esto es hermoso! —de un saltito se lanzó sobre él, su novio logro atraparlo en un veloz reflejo.

〃GCF In Tokyo〃KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora