Capítulo 25

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Dicen que la venganza no es buena, mata al alma y la envenena, pero...obviamente eso lo dijo alguien que no era un Luthor. Pues para nosotros la venganza es la manera de hacer justicia.

Al inicio el plan de Sam me pareció muy descabellado, pero eso le enseñaría a Mia, que aún Luthor no se le hace daño.

Engañar a Kara fue fácil, basto con decirle que Sara llamó a la rubia para una misión, Annie por el contrario pareció no creerme del todo, sin embargo, sus entrenamientos con Nora la mantuvieron ocupada, librandome de sus preguntas y miradas inquisitivas, después de todo es una Luthor.

Sara descubrió todo y me amenazo con decirle a mis chicas lo que había hecho si Mia, no regresaba sana y salva. Obviamente no le hice caso. Pero si soy sincera, me intriga saber que ha pasado con la rubia ¿Será capaz de regresar sin un rasguño?.

-Lena, querida ¿Me pasas la salsa?- dijo Eliza.

-Claro- los dos días para nuestra cena pasaron y ahora mismo me encontraba ayudando a Eliza a terminar de preparar la cena, en el departamento de Kara.

El departamento estaba cálidamente arreglado, muy similar a la cena de Navidad. Eliza había insistido en que fuera una cena familiar, pero elegante.

Eliza vestía un hermoso vestido color camel, su cabello rubio estaba suelto y tenía un maquillaje ligero. Kara, usaba un vestido de color similar, solo que con flores y su cabello estaba recogido. Ella y Annie, eran las encargadas de poner la mesa.

Mi joven hija, había optado por usar un vestido color azul cielo de encaje, con un cinturón delgado de color oro, y mantener su cabello negro suelto, solo decorado por una delgada diadema del mismo color que su vestido.

Y yo, decidí usar una falda recta de color negro, con una blusa de color vino y zapatillas a juego y mi cabello amarrado en una cola de caballo.

Llevábamos más de tres horas preparando la cena. Eliza, planeaba lucirse a toda costa con un elaborado pavo que Annie y Kara no dejaban de alabar, e intentar robar cuando Eliza se distraía. Un enorme Puré y muchas salsas y ensaladas comenzaban a adornar la mesa, la cual pronto se llenaría.

Tres toques impacientes en la puerta nos indicaron que los invitados comenzaban a llegar.

Kara corrió abrir, para dejar entrar a un torbellino castaño.

-¡Huele delicioso!- fue lo primero que dijo Sam al entrar. Mi querida amiga, venía tal y como solía ir a la oficina, un pantalón de vestir negro y una blusa blanca.

-La abuela siempre cocina delicioso- comento Nora, quien entraba con dos grandes bolsas y junto a ella venía Rubí, la cual traía puesto un lindo vestido blanco, con un cinto dorado.

Una cosa graciosa que había pasado en estos días, es que Rubí había descubierto quien era Nora, realmente. Sí, Rubí resulto ser más lista de lo que pensábamos, ella no se había creído del todo el cuento que le habían dicho, y sin que Sam se diera cuenta, estuvo espiandola cada vez que hablaba con Alex o con Nora, lo cual la llevó a descubrir todo.

Y contrario a lo que pensaba Sam, Rubí enloqueció de felicidad al saber que Alex se volvería su madre y que además tendría una hermana, y una prima, ya que también descubrió quien era Annie, lo cual la fascinó más.

-Nora ayuda a Annie a poner la mesa- dijo Rubí seria.

-¿Qué? Por qué he de hacerte caso enana- contestó Nora.

-¡Porque soy tu hermana mayor!- dijo más seria Rubí.

Nora miro incrédula a Rubí, mientras que nosotras tratábamos de contener la risa, a excepción de Annie, ella se reía a carcajadas de Nora.

Si Tú SupierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora