4. Confesión truncada

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El salón quedó en silencio durante un rato por tal declaración y estaban bastante sorprendidos al saber que Ash ha viajado por tantas regiones, a lo que el profesor decide ser el primero en hablar.

—Increíble... Sí que eres una caja de sorpresas, tenía entendido de que por lo menos habrías participado en alguna, pero no esperaba tantas regiones —decía el Prof. Kukui con algo de asombro mientras acomodaba su gorra.

—¿Por qué no contaste nada hasta ahora, Ash? —Kiawe preguntaba con bastantes dudas en la cabeza.

—Bueno... No negaré el hecho de que disfruté cada uno de esos largos viajes, pero a la par no pude conseguir el objetivo que me había planteado y, aunque siempre pienso en lo bueno, no puedo evitar el pensar que pude hacer más y no me gusta hablar mucho por eso —respondía algo melancólico y también con un poco de enojo al recordar.

—Lo siento, no quería hacerte sentir mal —comentaba un poco apenado por su comentario.

—No te preocupes por eso ahora, ya pasó de todas formas —contestaba para calmar un poco el ambiente—. Ahora debo de enfocarme de lleno en este nuevo viaje —decía con seguridad.

—¿E-Eso significa que ya te vas a ir? —Lillie preguntaba algo tímida y con un leve rubor en sus mejillas.

—Sí, revisé antes de venir y la liga de Kanto empezará dentro de no mucho, así que planeo salir mañana durante el atardecer para poder retar a los gimnasios en el menor tiempo posible —explicaba con tranquilidad, mientras les mostraba un folleto que tenía de la liga.

Ash lo pudo notarlo, pero Lillie se sintió un poco triste ante la noticia de su próxima partida.

—Entonces quiero combatir mañana temprano contigo. No pudimos enfrentarnos durante la liga y no pienso quedarme con esa espina... ¿Qué dices? —le proponía Kiawe en un tono retador mientras extendía la mano hacia Ash.

—Es un hecho, nunca rechazaría un combate —respondía con el mismo tono y ambos sellan el duelo con un apretón de manos.

Mientras Ash y Kiawe seguían conversando sobre el combate que tendrán, Lana y Mallow se encontraba conversando entre ellas.

—Siempre pensando en combatir y nunca, o casi nunca, se llega a fijar en lo que siente Lilli y ahora resulta que ella no podrá decirle nada por su timidez —Lana le susurraba a Mallow resaltando lo cabeza dura que podrá ser Ash en estos temas.

—Lo sé, pero espera, tengo una idea —decide levantarse de su asiento y llama la atención de los presentes—. Ya que Ash y Lillie tendrán que irse pronto, ¿qué les parece si vamos a mi restaurante y les hacemos una fiesta de despedida luego del combate? —preguntaba con una sonrisa y para buena nueva de todos.

—¡Yo me apunto! Siempre es un placer comer en ese restaurante —decía Sophocles, imaginándose el festín que habrá.

—Suena bastante bien... Entonces todos nos encontramos cuando empiece el combate y luego vamos al restaurante de Mallow —anunciaba el Prof. Kukui para que todos asintieran y sigan las clases con normalidad.

Las clases finalizaron y ya todos se dirigían a sus casas. Ash se encontraba por la puerta de salida junto con Pikachu y, en eso, se les acerca RotomDex.

—RotomDex, ¿dónde estabas? No hemos sabido nada de ti, estaba algo preocupado —decía Ash, sintiéndose algo aliviado al ver que se encuentra bien.

—Sí, lo siento. Me entretuve demasiado siguiendo a distintos pokemon para reunir datos —respondía algo avergonzado.

—No te preocupes por eso, es más, llegaste en un buen momento. Vamos, te iré explicando en el camino—sin darle muchas vueltas al asunto, deciden continuar su camino.

Iban a continuar su camino, pero Lillie aparece y detiene a Ash.

—Ash, yo... yo... yo quisiera hablar contigo sobre algo —decía con nervios notorios mientras jugaba un poco con sus dedos por los mismos.

—Dime, ¿qué ocurre, Lillie? —preguntaba algo confundido por el tono de su amiga.

—Es que yo... es que... yo... —Lillie trataba de manifestar lo que había dentro de su corazón, pero los nervios no se lo permitían—.

«Tengo que decírselo de una vez, no quiero irme sin haber hecho nada» Pensaba Lillie, que poco a poco se estaba armando de valor hasta que por fin decidió decírselo.

—Ash, yo... —por fin iba a soltar lo que llevaba dentro, pero Ash la interrumpe casi al instante.

—Lillie, se ve que es algo importante, pero en estos momentos tengo que hacer algo urgente. Lo siento... Mejor lo dejamos para otra ocasión, ¿sí? —decía algo avergonzado y sintiéndose algo mal por dejarla así.

—Está bien... —respondía algo decepcionada por lo que él dijo—. Nos vemos mañana, suerte en lo que tengas que hacer —su rostro cambia a una pequeña sonrisa algo forzada y procede a retirarse, puesto que ya vino Hobbes a recogerla.

Después de haber dejado que Lillie se fuera, Pikachu le pregunta a Ash.

—¿Seguro que deseas dejarlo así? —le preguntaba Pikachu—. Ambos sabemos lo que realmente piensas y no solo es con ella —se lo recalcaba sin tener mucho más que decir.

—Sí, es lo mejor... Debo de concentrarme únicamente en ser más fuerte para lo que viene, no puedo distraerme —le respondía sin muchas ganas de seguir con ese tema de conversación.

—Bueno, ¿a dónde vamos? —preguntaba Pikachu, ya que Ash no le había querido decir.

—Al Centro Pokemon, hay alguien con el que necesito conversar y también pedirle un favor.

Con algo de dudas, deciden ir camino al Centro Pokemon, dónde les aguarda una llamada que ayudará en el objetivo de Ash.

Dando todo por el todo: En búsqueda del éxitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora