11.

846 139 395
                                    

Entreabrió los ojos con dificultad, acostumbrándose poco a poco a la luz que retozaba de las ventanas.

Se sentía mareado, tal y como siempre lo hacía al despertar. Su mente fue embargada de todo lo que sucedió el día anterior. El conocimiento de que la familia Real se quedaría en Gongju por un tiempo, el ver a su madre a unos cuantos pasos suyos y, también, observar a Yeomra debilitarse hasta el punto de quedar inconsciente.

Yeomra...

Por más que no lo quisiera, su mente seguía regresando a él. Y fue entonces cuando recordó el asunto importante en el que se encontraba en esos momentos.

Un brazo se ceñía sobre su cintura y una respiración gélida golpeaba su nuca haciéndole estremecerse. No entendió cómo es que resultaron en esa posición, con Seok Jin abrazándole por la espalda con postura de ovillo. Estaban tan cerca, que Taehyung se sentía asfixiado.

No debió haber pasado la noche con él y lo sabía mejor que nadie. Pero, por más que durante la noche estuvo pensando en mil maneras para escabullirse e irse a dormir a otra habitación, mirar a Seok Jin fruncir el ceño por el dolor y soltar ligeros quejidos le hizo quedarse.

Su cuerpo no hacía caso a lo que su mente dictaminaba, y eso le había llevado a estar en una situación comprometedora como esa.

«¿Cómo ponerme de pie sin que él despierte» pensó.

Su cuerpo no se sentía adolorido como siempre lo hacía, producto del drenaje de energía por parte del espíritu vengativo, tampoco le dolía la cabeza. En realidad, por más que le costara admitirlo, había sido una buena noche.

«Solo debo escabullirme con cuidado, no se dará cuenta» se dijo a sí mismo, intentando tranquilizarse.

Tomó una respiración y se removió, queriendo deshacerse así del brazo que le sujetaba, sin embargo supo que había sido la peor idea que se le ocurrió cuando un jadeo involuntario salió de su propia boca al sentir un roce en su espalda baja.

Presionó sus párpados de forma inconsciente y sintió una oleada de vergüenza empezar a teñir su rostro de un color rojizo.

Estaba acalorado, demasiado acalorado. ¿Por qué su cuerpo estaba reaccionando ante ello?

Trató de no moverse, pero eso no funcionó. No cuando Seok Jin se acercó más a él, presionando su entrepierna sobre sí y rozándose con él. Taehyung cubrió su boca con una de sus manos e intentó frenar los suspiros que amenazaban con salir de esta.

Intentó cambiar de posición, removiéndose para verle directo a la cara, intentando así que el contrario le soltara de una vez por todas, pero eso tan solo empeoró más su situación, pues Seok Jin rodeó su cintura con una de sus piernas y le atrajo más a sí, haciendo que ambas erecciones rozaran entre sí.

«Cálmate, Kim Taehyung, cálmate» repitió una y otra vez en su cabeza, sintiéndose abochornado por lo sensible que su cuerpo se encontraba y lo bien que se sentía aquello.

Observó el rostro de Yeomra, sus labios estaban entreabiertos y fruncía el entrecejo de vez en cuando. Aún cuando Taehyung podía concentrarse en algún otro punto de la habitación, su mirada seguía reverberando sobre sus labios gruesos. Relamió los propios, no sabiendo el por qué su mente estaba dándole una mala jugada.

¿Por qué sentía una terrible curiosidad por probarlos?

Sacudió la cabeza, dispuesto a ponerse de pie de una vez por todas antes de volverse loco. En el momento en que tomó una bocanada de aire para incorporarse, sintió como Seok Jin se removía y le presionaba más cerca de él.

Death God; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora