22.

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Yeomra aún sentía su cabeza dar vueltas después de aquel ataque en el palacio.

Luego de hacer su promesa a Taehyung, le acompañó de vuelta hasta su habitación en el palacio principal. No fue sencillo, pues los guardias tenían órdenes de reportar cualquier anomalía, y Seok Jin no contaba con las suficientes energías para poder esconderlos y escabullirse por ahí.

Desde el momento en que Taehyung se mostró vulnerable a él, el afecto que el chamán le brindaba no tenía fin. El chamán Kim siempre era muy reservado con sus sentimientos, por lo que verlo actuar de esa forma hacía que su corazón doliera. El muchacho tenía miedo, y eso podía notarse.

La promesa que Seok Jin hizo no era suficiente para calmarlo. Y él no podía culparlo.

Cuando Yeomra quiso ponerse de pie e irse de la habitación, asegurándole que regresaría al día siguiente para verlo, Taehyung le tomó del brazo y lo detuvo.

—¿Puedes quedarte conmigo?

Yeomra le miró. Sus ojos seguían rojos, producto de haber estado llorando, y su hanbok estaba manchado de sangre, por haber intentado curar a Seok Jin después del repentino ataque por parte de Hoseok.

Era imposible negarse ante ello.

—Tengo que irme, Taehyung.

—¿A dónde irás?

—Tengo que regresar al Otro Mundo.

Taehyung hizo una mueca y se puso de pie también, para estar frente a frente al Dios. El nerviosismo embargaba al chamán. Eran pocas las veces en que una situación lograba ponerlo de esa forma. Pero el conocimiento de que el tiempo de Yeomra en el Otro Mundo era escaso no hacía más que asustarlo de lo que podría llegar a pasar. Yeomra le había prometido que no se iría.

¿Pero cómo podía estar seguro de ello?

—Tengo que irme.

Taehyung hizo una mueca —. Duerme conmigo hoy, ¿sí? Podrás irte por la mañana.

—No creo que sea buena idea, Tae…

Yeomra miró la expresión del contrario y sintió su corazón ablandarse. ¿Cómo podía rechazar una oferta si el chamán le miraba de esa forma?

—Solo por hoy, ¿bien? No puedo negarme ante ti.

El chamán sonrió levemente y aquellas palabras fueron capaces de anestesiar sus miedos por unos cuantos momentos.

Yeomra no tuvo más opción que aceptar. Se recostó a un lado del chamán, y éste de inmediato se acercó a él con vergüenza para apoyar su cabeza sobre su pecho. Seok Jin le rodeó con sus brazos, buscando acercarlo más a él.

—¿Cuándo regresarás?

Jin hizo ademán de estar pensando —. Tal vez tarde unos cuantos días.

—No quiero que tardes —murmuró, carraspeando por la vergüenza que le causaba pronunciar palabras como esas —. ¿Estás seguro de que regresarás?

—Ya te lo he prometido, ¿no? No voy a romper mi promesa, Tae.

—Aun así… Tenemos que buscar el amuleto —intervino el chamán. Seok Jin sonrió y se acercó para dejar un beso en su frente.

—Estoy poniendo de mi parte para encontrarlo también, ¿crees que me he quedado cruzado de brazos todo este tiempo?

Taehyung sacudió la cabeza —. ¿Cómo están las cosas en el Otro Mundo?

—Los espectros te extrañan.

—No juegues —murmuró Taehyung, soltando una risa, sin dejar de mirar al Dios frente a él —. ¿Por qué me extrañarían?

Death God; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora