05.

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—¿Ya te has ideado algún plan para esconder a nuestro querido amigo? —cuestionó Riwoo, su hermano haciendo ademán de pensar, para luego negar con la cabeza.

El chamán se dedicaba a observar con diversión mientras ambos hermanos se ponían a idear el uno con el otro. El temible día había llegado. Taehyung no lo mostraba en sus facciones, pero sentía una incomodidad y pesadumbre inexorables. Se conocía que el Rey empezaría con su recorrido dentro de dos horas. Eso apenas le daba tiempo de sobra para poder escabullirse por ahí.

No tenía ni la menor idea de qué hacer. Sus amigos lucían preocupados, y trataban de dar con algún lugar recóndito en el cual no pudieran dar con él.

Sin embargo, Taehyung seguía considerando la propuesta hecha por Kim Seok Jin.

—Pues mira, yo pensaba en esconderlo en el almacén —mencionó Jimin, subiendo y bajando los hombros. Riwoo lo miró con incredulidad —. Pero descubrí que el almacén es donde se guardarán las fanegas de arroz y eso sería entregar a Taehyung en bandeja de oro.

—Tus ideas no son las mejores, hermano —contestó ella.

—Pues opina tú también, que te la has pasado callada todo este momento y no has aportado nada.

—Puedo quedarme en el negocio y ya está —respondió Taehyung, sintiéndose de repente incómodo. Tener que ser una molestia para otras personas hacía que sus nervios aumentaran. Lo menos que quería era que se preocuparan tanto por él —. Si no abro la puerta darán por entendido que no hay nadie. Es poco probable que la fuercen y...

—Puede ser una posibilidad, pero a decir verdad, no debes subestimar a autoridades con tanto poder como ellos —mencionó Jimin, recalcando la oración lo mejor que podía. Taehyung podía llegar a ser un terco, y cuando una idea se instalaba en su cabeza, no había nadie que pudiera instarlo a otra cosa —. ¿Hay algún lugar al que no vayan a visitar, Ri?

La muchacha estuvo a punto de responder hasta que escuchó unos pasos a sus espaldas y observó a su madre entrar, impasible, hasta donde estaban ellos y sentándose a un lado. Taehyung, de inmediato, hizo una reverencia para mostrarle el debido respeto y se sintió un poco incómodo. La presencia de los padres de los hermanos llegaba a ser pesada.

La señora Park no tenía un aura fuerte, sin embargo, seguía siendo parte de la Agencia Estatal y eso hacía que Taehyung sintiera como que no encajaba.

Luego estaba la idea de una posible traición. Escenarios diversos se postraban en él, no obstante, el que más miedo le causaba era ser entregado a las autoridades del palacio por aquella familia que le había dado cobijo por tanto tiempo. ¿Debería sentirse mal por desconfiar de tan buenas personas? ¿Cómo es que podía pensar tan siquiera así de ellos?

—¿Hablaban sobre la entrega de fanegas? —cuestionó ella, sonriendo con amabilidad. Los hermanos asintieron a la par —. Su padre estará a cargo de realizar el ritual por el atardecer, cuando se termine la donación de víveres. Lo sabían, ¿verdad?

Riwoo asintió con pesimismo —. ¿Cómo podría? Si el mismo ha insistido en que lo acompañe.

—Es natural que ponga más presión sobre ti,  serás su sucesora y con suerte puedes llegar a formar parte de la Agencia Estatal dentro del palacio.

Taehyung miró a Riwoo con un poco de lástima. La muchacha parecía un tanto alterada ante tales palabras y sabía que era en parte por la situación que a él le había tocado pasar. Debía estar aterrada.

—¿Y tú, Taehyung? ¿Han planeado ya dónde te quedarás?

—Aún no... Al parecer los oficiales suelen examinar bien todos los lugares, sigo pensando en algo.

Death God; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora