Una hora había transcurrido desde que se habían enterado del embarazo del menor, una hora en la que los sentimientos de ambos habían sido tan distintos; Gerard estaba rebozando de felicidad, el hecho de saber que tendría a un pequeño o pequeña corriendo de un lado a otro en el apartamento donde vivían lo hacía sentir muy emocionado. Por su parte, Frank había quedado petrificado al escuchar la noticia, primero pasó de la confusión al miedo, del miedo al enojo y del enojo al odio, su rechazo hacia ese "Error", como él había optado llamarle, se intensificaba y se negaba a desaparecer.
Llegaron a casa y sin decir ni una sola palabra ambos entraron al apartamento, Gerard cerró la puerta con suma delicadeza como si esta fuese a romperse si no era lo suficientemente cuidadoso, mientras Frank permanecía a unos pasos de distancia, de espaldas a él, ordenando sus ideas para lograr convencer a su esposo de que lo apoyase en la decisión que estaba a punto de tomar.
―Cariño... ―El primero en romper el silencio fue Gerard, quien a pesar de su nerviosismo parecía seguro de las palabras que estaban por brotar de sus labios, aclaró su garganta y avanzó un par de pasos en dirección al menor antes de continuar― Ya sé que habías dicho que tal vez no era el mejor momento para tener un bebé y estaba de acuerdo con eso, sin embargo estamos esperando un bebé ahora y no nos queda más que aceptarlo.
Su voz sonaba segura pero suave a la vez, como si le hablara a un animal herido el cual no sabía cómo podía reaccionar y en efecto eso parecía Frank en esos momentos, el menor continuaba de espaldas al pelinegro, jugando sus dedos y con la vista perdida en dirección a su calzado.
―Podemos evitarlo ―Soltó de pronto, saliendo del trance en el cual se había enfrascado― Aun podemos hacer algo para evitarlo.
― ¿A qué te refieres? ―Preguntó el mayor con aparente confusión― ¿Qué planeas hacer?
El de ojos avellana se giró para quedar de frente a él, su expresión era relajada y distante, sin embargo su vista evitaba a toda costa toparse con los ojos contrarios.
―Quiero abortar ―Confesó, dejando al pelinegro completamente petrificado― No quiero tener a este bebé.
―Frank, por favor, es una criatura inocente ¿Cómo puedes decir eso? ―Su tono de voz sonaba alarmado y lleno de preocupación y cómo no iba a estar así, si el hombre que amaba estaba hablar de acabar con la vida de su propio hijo.
―Gerard, este bebé es un gran cambio, es demasiada responsabilidad que no quiero afrontar ―El menor no se daría por vencido, Frank no quería tener a ese "Error" y con el apoyo o no de su esposo se desharía de él.
El pelinegro se molestó al oír sus palabras, claro que iban a tener a ese bebé, esa pequeña criatura no tenía la culpa de nada, era cierto que no era el momento más oportuno pero no dejaría que Frank le hiciera daño.
―No vas abortar, no dañaras a ese be... ―Pero sus palabras quedaron sin concluir a causa del menor.
― ¡Ese bebé no es más que un simple error, yo no quiero tener un bebé ni ahora ni nunca! ―Su histeria se desató y Gerard solo podía pensar en cómo era posible que él hombre que amaba dijera eso, que aquellos labios que alguna vez habían dicho cosas tan dulces dijeran semejantes palabras en esos momentos.
El pelinegro avanzó en dirección a su esposo y lo tomó de los hombros con fuerza, lo estrelló contra la pared más cercana y comenzó a sacudirlo como si eso lo hiciera salir inútilmente de un trance en el cual no se hallaba.
― ¡Suéltame! ―Ordenó, empujando al mayor en un intento por librarse de su agarre― ¡Me estas lastimando!
― ¡Tú también me lastimas! ―El agarre de las manos de Gerard se aflojó y Frank se pegó más a la pared― Tus palabras me lastiman.
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Un Hermoso Error
FanfictionFrank Iero, un joven de 26 años que decidió abandonar la universidad para dedicarse a lo que más le apasionaba; La música. Su vida parecía ir de maravilla, tenía una carrera como solista que cada vez iba mejor, un disco por grabar y el incondiciona...